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UN DÍA CON AROA GONZÁLEZ

Martorell, 07/08/2017.– Son las siete de la tarde y Aroa González (fotografía de cabecera) acaba de terminar un partido de la liga nacional de rugby que ha jugado con su club, el INEF Barcelona. Juega en la posición de talonadora, la misma que desempeña como capitana de la selección española femenina, conocida como las ‘Leonas’. Con el tiempo justo para ducharse y cenar, esta catalana natural de L’Hospitalet de Llobregat se desplaza a la fábrica de SEAT en Barcelona, donde a las diez de la noche empieza su jornada laboral. Semana a semana y durante más de una década, la capitana ha compaginado su pasión por el rugby y la competición de élite con su trabajo.

“El rugby me lo ha dado todo, ha marcado lo que soy. Me ha dado muchos valores que me han servido en la vida”. Éstas son las palabras de una jugadora referente del rugby femenino español, tras el último entrenamiento de la selección en Madrid antes de su debut en el Mundial de Irlanda, un torneo que reúne a las mejores 12 selecciones del mundo y que dará su pistoletazo de salida el próximo 9 de agosto.

Con el número dos en su dorsal es la líder de las quince ‘leonas’ que componen el equipo nacional. Este felino es el que lucen en la camiseta de la Federación Española en señal de su fuerza. Y por azar, Aroa también lo lleva impreso en su carrera laboral: participa en la fabricación del SEAT León en el taller de Prensas de SEAT en Barcelona.

La capitana es la jugadora que ha disputado más partidos oficiales con la selección, un total de 69. Ha sido tres veces campeona de Europa, ha participado en tres mundiales y ha logrado una tercera plaza en el torneo VI Naciones. El Mundial es el trofeo que le falta en su palmarés: “Ésta será probablemente mi última competición con España y el reto es llevar el equipo a lo más alto”, confiesa.

Casi 200 partidos y un motor incombustible

Aroa lleva 24 años jugando al rugby. Empezó a los 14 años, cuando descubrió este deporte de la mano de su profesor de tecnología del instituto, que para motivar a sus alumnas, les ofreció subir nota si practicaban esta disciplina. Ya había debutado con la selección nacional cuando a los 23 años empezó a trabajar en SEAT. “Lo que me llena es el deporte, pero sobre todo poderlo compaginar con mi trabajo. En SEAT me gustaría poder llegar a lo más alto y en el rugby llegar a ser campeona del mundo”, explica. Durante dos décadas ha disputado un total de 192 partidos de liga nacional y una media de 22 encuentros por temporada.

Cifras de campeonato: 60 campos de rugby y 11.500 impactos al día

Dentro y fuera del terreno de juego, las cifras que rodean a esta mujer también son de campeonato. Soporta hasta 35 impactos de placajes por partido, mientras en el taller de Prensas, el ritmo de golpes es de 11.500 al día para convertir las placas de acero en partes de la carrocería del León con las prensas hidráulicas, cuyos moldes pesan 50.000 kilos. Todo ello en un espacio, el de la planta de Zona Franca, que con 30 hectáreas es equivalente a 60 campos de rugby.

Sin duda, afirma, la resistencia y la fuerza son esenciales en este deporte, aunque no es lo único que importa: “Cuando compites en el extranjero te das cuenta que no sólo es importante ser de las más fuertes, sino que necesitas utilizar la inteligencia”, resalta.

La fuerza de una melé

Ocho jugadoras participan en las melés, empujando todas a una. La unión y el trabajo en equipo también son imprescindibles en el taller para cumplir con la producción diaria, ya que un total de 38.500 piezas salen sin descanso cada día de la línea. “Igual que en el campo necesitamos la ayuda unas de las otras, en el taller el trabajo en equipo también es muy importante”, asegura la catalana.

Fuente: SEAT

Fotografía: SEAT

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