RENÉE BRINKERHOFF CONDUCE SU PORSCHE 356 POR TODO EL MUNDO CON OBJETIVOS BENÉFICOS. EL PRÓXIMO DESAFÍO TENDRÁ LUGAR EN LA ANTÁRTIDA

7.9.2020.- Al volante de su fiel Porsche 356 A de 1956, Renée Brinkerhoff se prepara para la etapa final de su “Proyecto 356 World Rally Tour”. Hasta ahora, ha corrido a través de seis continentes diferentes, creando conciencia sobre la trata de niños gracias a su organización benéfica. El próximo invierno se enfrentará al que podría ser su desafío más difícil hasta el momento, ya que llevará su Porsche hasta donde nadie ha conducido antes: la Antártida.

El nacimiento de un sueño

Durante la mayor parte de su vida, nada apuntaba a que esta madre de cuatro hijos residente en Colorado se fuera a embarcar en una aventura de tal calibre. Pero un buen día, una vocecita en su cabeza comenzó a decirle que debía subirse a un coche de carreras. Y supo cuál sería ese coche, la primera vez que vio a aquel pequeño coupé deportivo alemán que el primo de su marido había comprado para restaurar.

Renée Brinkerhoff y su Porsche 356 A de 1956

“Era un 356. Nunca había visto uno antes y justo coincidió con el momento en el que me di cuenta de que quería competir”, dice Brinkerhoff. “Me enamoré del Porsche y pensé que era exactamente lo que necesitaba. Ni siquiera miré otro coche”, recuerda.

Se hizo con su 356 en 2011 y al año siguiente ya estaba corriendo ese agotador rallye que es la Carrera Panamericana, aunque con otro coche. A partir de aquí, empezó a preparar su Porsche para obtener todo el potencial posible y cumplir con las regulaciones impuestas por las organizaciones de los certámenes más importantes. Primero llegaron un motor y un sistema de suspensión personalizados, luego lo hicieron la jaula antivuelco y el depósito de combustible. Y, finalmente, se sumó una eficaz caja de cambios de cinco velocidades que permitía afrontar los tramos disputados a mayor altitud con mejores prestaciones.

Pero claro, no bastaba con tener un coche ganador. También el piloto debe ofrecer garantías si se quieren obtener buenos resultados. “Por aquel entonces no sabía pilotar un coche de carreras”, asegura Brinkerhoff, quien asistió a clases en la escuela Porsche Track Experience para desarrollar sus habilidades. En el asiento derecho tuvo a un gran instructor: Hurley Haywood, el piloto de resistencia más laureado de Estados Unidos.

Un debut poco habitual en competición

En 2013, a la edad de 57 años, Brinkerhoff llegó nuevamente a la Carrera Panamericana, esta vez para competir con su 356, que estrenaba preparación. El famoso rallye tiene fuertes raíces en la historia de Porsche, ya que ha dado nombre a no uno, sino a dos modelos, el Carrera y el Panamera, que conmemoran los principales éxitos de la marca con el 550 Spyder en los inicios de esa prueba.

Sin apenas haber probado su coche, que había estado en desarrollo hasta pocos días antes, Brinkerhoff se embarcó en ese particular viaje de 3.200 kilómetros para, después de siete días a fondo, terminar ganando en su categoría, convirtiéndose así en la primera mujer en hacerlo. Al año siguiente volvió y finalizó en segunda posición de su clase, y en un impresionante 14º puesto en la general.

 

 

 

 

 

 

En 2015 nació el equipo Valkyrie Racing, con el nombre de las mujeres de la mitología nórdica que llevaban a los guerreros caídos al Valhalla. Esto marcó un punto de inflexión en su carrera, aunque recuerda que aquel año de estreno tuvo uno de sus mayores sustos al volante. En una etapa de la Panamericana, tras realizar una maniobra evasiva para evitar atropellar a un grupo de espectadores, acabó teniendo un aparatoso accidente. Al parecer, una presión inadecuada en sus neumáticos pudo ser la causa, al menos en parte, de este desenlace. No obstante, y gracias a la ayuda de un espectador local, pudo volver a la carrera para finalizarla.

A la conquista del mundo

Tras un año sabático de reflexión, Brinkerhoff volvió a la carga con un doble movimiento empresarial que marcaría el devenir de su futuro. Por una parte, el equipo de carreras creó una nueva rama denominada Valkyrie Gives para ayudar a mujeres y niños en situación de riesgo; por otra, comenzó a perfilarse el “Proyecto 356 World Rally Tour”.

A medida que la escala de la aventura crecía, los expertos en rallyes de Tuthill Porsche, con sede en Reino Unido, entraron en juego para preparar su 356. En 2017 volvió a disputar la Carrera Panamericana y, de nuevo, volvió a ganar su categoría. Brinkerhoff pisó el acelerador a fondo en 2018, primero viajando hacia la Targa Tasmania en Oceanía y luego elevándose hacia la Cordillera de los Andes en Sudamérica para disputar el Rallye Caminos del Inca. Al año siguiente, el protagonismo sería para Asia y Europa en el Rallye de Pekín a París. Para completar la década, nuestra protagonista abordó el Rallye Safari de vehículos clásicos en África Oriental en su temporada más lluviosa de los últimos 40 años.

Valkyrie Racing cruzó la línea de meta en África como el único equipo conducido por mujeres. “Más que estar en el podio, esa experiencia de equipo y el hecho de tener la capacidad de generar cambios positivos en la vida de las personas, ha sido para mí lo más gratificante”, dice ella.

«¡No podemos prepararnos!»

Decidida a continuar su trabajo para Valkyries Gives, que ha recaudado casi 200.000 dólares hasta la fecha, Brinkerhoff ahora quiere cumplir la promesa inherente al nombre del Proyecto 356 World Rally Tour. Esto significa correr por todos los continentes, de los cuales, solo le queda uno por pisar. No habrá multitud de vítores y no habrá más competidores cuando Brinkerhoff llegue a la Antártida en enero de 2021. Valkyrie Racing se está aventurando hacia lo desconocido.

El objetivo del éxito lo establece Brinkerhoff y plantea un desafío adecuado a su ambiciosa personalidad: 356 millas en las condiciones más difíciles imaginables. No solo eso, al mismo tiempo intentará batir un récord de velocidad en tierra.

“No nos estamos preparando. No podemos hacerlo”, se ríe, aludiendo al hecho de que nada puede realmente simular las sorpresas de la Antártida. Aun así, “la preparación es anticipación”, como ella dice, por lo que ha practicado la conducción sobre hielo para perfeccionar sus habilidades.

Mientras tanto, el Porsche 356 de 1956 está siendo modificado para poder moverse por esos terrenos hostiles con solvencia. Así, ha perdido sus cuatro ruedas en favor de patines en el eje delantero y orugas en el trasero. También se está aligerando en la medida de lo posible para que no se hunda en el hielo y se ha cambiado su color plateado original por uno rojo que hará más fácil su identificación sobre el terreno. Finalmente, la organización garantizará que el proyecto sea neutral en emisiones de carbono.

Fuente: Porsche

Fotografías: Ricardo Pérez/Porsche

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