- A PESAR DE TENER UNA MENOR NECESIDAD DE MANTENIMIENTO, LOS COCHES ELÉCTRICOS NO SE LIBRAN DE SUFRIR POSIBLES AVERÍAS
- EN ESTE ARTÍCULO REPASAMOS CUÁLES SON LAS MÁS FRECUENTES
29.3.2022.- Los vehículos eléctricos tienen una larga vida útil y, generalmente, es bastante superior a la de sus homólogos basados en sistemas de combustión. En la mayoría de los casos, poseen menos necesidades de mantenimiento que los vehículos de gasolina o diésel porque la mayoría de sus piezas están sometidas a un menor desgaste. Según vaticinan los expertos, esta ventaja se traduce en un 60% menos de averías. Además, se estima que la mayoría de incidentes y necesidades de reparación están derivadas de un mal uso por parte de los usuarios.
No obstante, al margen de que sus vulnerabilidades sean, generalmente, bastante inferiores, algunos componentes son más susceptibles de sufrir degradación y de ser sustituidos a medida que pasa el tiempo.
Algunos de los puntos de riesgo más habituales que existen en los coches eléctricos se corresponden a los que podemos encontrar en los modelos de combustión. Las lunas, los neumáticos o los frenos son algunos ejemplos. Sin embargo, existen algunas zonas especialmente vulnerables que son exclusivas a sus sistemas como, por ejemplo, la toma de alimentación o la batería.
A continuación repasamos cuáles son las averías en coches eléctricos y las incidencias más comunes. ¡Presta atención!
Estas son las averías que se producen con mayor frecuencia en los vehículos eléctricos
Frenos y neumáticos: Sustituciones periódicas
Los neumáticos de los coches eléctricos se desgastan a una menor velocidad que los de los modelos de combustión. ¿La razón? Su aceleración se lleva a cabo de una forma más progresiva. Sus cambios de velocidad son menos bruscos, incluyendo un frenado regenerativo que ayuda a preservar el estado de los frenos. Como consecuencia, las necesidades de sustitución de ambos componentes se ven reducidas de una forma considerable.
La batería representa una de las averías más caras y graves
Las averías en las baterías tienden a ser poco comunes pero cuando se producen suponen el gasto más elevado en concepto de mantenimiento. Por lo general, la sustitución de una batería suele ser necesaria, de media, a los diez años.
La batería es la espina dorsal de los coches eléctricos por lo que es importante revisar su estado y su nivel de carga de forma habitual. Quedarnos sin batería en mitad de un trayecto puede generar consecuencias graves, especialmente si no existen puntos de recarga cercanos.
Las averías en la toma de carga son probablemente las más frecuentes
Los problemas que se producen con la toma de carga suelen ser bastante más frecuentes que el resto de los problemas que hemos citado. Sin embargo, su alta tasa de incidencia está relacionada en la mayoría de los casos con una mala manipulación por parte de los usuarios.
Ejercer presión sobre el cable de carga sin haber desactivado el bloqueo, golpearlo durante los procesos de carga, hacer movimientos inadecuados o intentar forzar la boca de acceso para que encaje de forma adecuada. Este tipo de malas prácticas pueden ejercer efectos negativos que, de extenderse a lo largo del tiempo, pueden incrementar las necesidades de reparación y minimizar la vida útil de las tomas de carga.
Fuente: Redacción
Fotografía: Renault