EL CLÀSSIC APROVECHÓ LA COINCIDENCIA DE LA FESTIVIDAD DE TODOS LOS SANTOS CON UN FIN DE SEMANA DE TRES DÍAS PARA ORGANIZAR LA SEGUNDA EDICIÓN DE UNA SALIDA DE MARCADO CARÁCTER LÚDICO, COMO INDICA SU NOMBRE: CASTAÑADA EN LA MOLINA
8 de noviembre de 2013.- El Clàssic aprovechó la coincidencia de la festividad de Todos los Santos con un fin de semana de tres días para organizar la segunda edición de una salida de marcado carácter lúdico, como indica su nombre: Castañada en La Molina. El poder de convocatoria del evento casi se duplicó, como ponen de manifiesto los cerca de 30 clásicos que formaron la caravana (en la que se pudieron ver desde humildes Seat 600 hasta espectaculares Porsche 356 y 911 y Alfa Romeo 2000, Spider y Veloce, pasando por modelos como Triumph TR3, Mini y otros). La fórmula del éxito salió de combinar interesantes visitas culturales con la gastronomía propia de la zona y la diversión que garantizan las noches temáticas del Hotel Sol i Neu, donde se hospedaron los participantes.
El punto de concentración se situó en las instalaciones de Autos Retro, en Sant Joan de Vilatorrada, donde el anfitrión, Jaume Jubert, vicepresidente del Clàssic, ofreció un buen desayuno durante el briefing a la vez que los asistentes disfrutaban con los modelos de la exposición. Ya de ruta hacia La Molina, se pasó por Ripoll, cuyo magnífico conjunto arquitectónico del monasterio románico es punto de obligada visita, y por el santurio de Montgrony, donde tuvo lugar la comida. Otro punto turístico de paso obligado fue Castellar de n’Hug, uno de los pueblos más bellos del Pirineo.
Ya alojados en el Hotel Sol i Neu y después de una animada noche de Halloween, el sábado el grupo se dividió en dos: unos fueron a visitar la pintoresca población de Villafranche de Conflent por la mañana y los otros optaron por la Feria del Caballo de Puigcerdà. Comieron juntos y, ya por la tarde, en Prullans, disfrutaron de una sabrosa degustación de quesos. La noche trajo otra fiesta temática, en este caso, dedicada al retorno a la infancia. Y, ya el domingo, el destino turístico fue la zona de la Cerdanya de administración francesa, concretamente Mont Louis, población conocida por su horno solar y por el recinto amurallado. Los más esforzados subieron un montón de escaleras hasta el monte Calvario, desde donde contemplaron unas espectaculares vistas gracias a un día absolutamente despejado.
La congestión que hubo en las carreteras de la zona coincidiendo con los tres días festivos animó a varios participantes a regresar por una ruta alternativa (La Molina – Castellar de n’Hug – La Pobla de Lillet) hasta llegar al eje del Llobregat. La ausencia de averías mecánicas remató el que fue un dulce fin de semana clásico.
Más información:
Texto: Joan Rossinyol
Fotos: Josep Soler