- EL EQUIPO JOTA SPORT REALIZÓ UNA DE LAS REMONTADAS MÁS ESPECTACULARES DE LOS ÚLTIMOS AÑOS EN LE MANS, UNA VICTORIA TAN IMPROBABLE COMO GENIAL
- ES LA NOVENA DE LAS 10 HISTORIAS INSPIRADORAS QUE FORMAN LA PRESELECCIÓN DE LA NUEVA CAMPAÑA DE DUNLOP: GREAT FIGHTBACKS
- LOS FANS DEL MOTOR DE TODA EUROPA DECIDEN CON SU VOTO CUÁL ES LA MEJOR HAZAÑA DE LA HISTORIA DEL MOTORSPORT
Madrid, 1 de marzo de 2016.- La campaña Great Fightbacks de Dunlop revela las 10 hazañas más grandes de la historia del motorsport donde los pilotos protagonistas demuestran perseverancia, determinación y compromiso para volver a la cima.
Esta es la última semana para que los fans del deporte de motor de toda Europa voten su historia favorita en Greatfightbacks.com. Además, podrán opinar y debatir en redes sociales a través del hashtag #GreatFightBacks. Durante estas semanas, Dunlop está desvelando las diez historias por orden cronológico y anima a los aficionados del deporte de motor a que elijan cuál es su historia de superación favorita.
A continuación el relato de la hazaña del Jota Sport contada por Sam Smith:
“Jota y su cuento de hadas cumplido
24 HORAS DE LE MANS (2014)
La pérdida de su piloto estrella y retrasos en carrera a las primeras de cambio, dejaban a Jota Sport alejados de las principales pantallas de tiempos en Le Mans. Una señal de que los cuentos de hadas si existen…
A estas alturas se ha convertido ya en un clásico moderno. Una historia que provoca que los más escépticos crean en los cuentos de hadas. La victoria de Jota Sport en la clase LMP2 en Le Mans en 2014, con Harry Tincknell, Oliver Turvey y Simon Dolan, fue tan improbable como genial.
La preparación y comienzo de Jota en La Sarthe eran prometedores. La victoria en Imola en las ELMS de hacía un mes había llegado solo unas semanas después de lograr la segunda plaza en Spa en su participación en el campeonato WEC. La astucia y experiencia de Marc Gené, unidas a la rapidez del novato Tincknell y a la confianza y seguridad de Dolan, hacían que el equipo tuviera claro que podía conseguir algo en la próxima carrera. Pero su meticuloso plan comenzó a alterarse cuando en los monitores de TV empezó a visualizarse el horroroso espectáculo en el que se había convertido el Audi de Loïc Duval con solo una hora de entrenamientos libres de la tarde del miércoles.
«Recuerdo estar viendo las repercusiones de su accidente y empezar a sentirme enfermo», dice Dolan. «Nunca pensé que alguien pudiera salir caminando de aquello, pero milagrosamente él lo hizo.»
Una vez que Duval fue descartado para la carrera, el equipo sabía que era probable que perdiera a Gené, piloto oficial de reserva de Audi. La cuestión no era quién podría ocupar la plaza, se trataba únicamente de si él estaría disponible. «Fue una decisión inmediata el conseguir a Oliver», dice Dolan. «Creo que en realidad no llegamos a pensar en nadie más».
Para Turvey, que acababa de salir de una sesión de gimnasio en McLaren, fue como una llamada a las armas. «Yo había estado bastante abatido», dice. «Se suponía que debía estar haciendo una temporada completa en WEC con un equipo (Milennium Motorsport), pero el acuerdo nunca se materializó. Así que en realidad estaba tratando de olvidarme de Le Mans tanto como fuera posible, pero Sam Hignett (Director del equipo) preguntó sobre mi disponibilidad. A partir de entonces todo se volvió como un torbellino. Metí mi equipaje en un avión directo a Le Mans y a las 10 de la mañana del jueves me encontraba ya en el garaje sentándome en posición».
Tincknell había clasificado a Jota Sport Zytek en segunda posición, una hazaña impresionante para un novato en el circuito y que, sin embargo, no eliminaba la tensión que se extendía sobre la carrera de por la mañana.
«Estaba realmente nervioso cuando me desperté el sábado», dice Tincknell. «Cuando firmamos el contrato, Sam había establecido que Marc comenzaría la carrera, debido a que los momentos iniciales pueden pasar factura si se trata de tu primera vez.»
No había razón para preocuparse, ya que Tincknell finalizó su primer tramo liderando. Pero cuando Turvey cogió los mandos, y la lluvia comenzó a hacer acto de presencia, los problemas aparecieron. Una serie de cambios y paradas posteriores por precaución los dejaron fuera de toda lucha. El objetivo era ahora recuperar el tiempo perdido y dar caza a la cabeza de carrera. Tincknell y Turvey aceptaron el reto, apoyados hábilmente por Dolan.
«Estábamos en la tercera página de las pantallas de tiempos el sábado por la noche», dice Tincknell. «Me encontraba deprimido, sentado en la parte trasera de la camioneta cuando Allan (McNish) vino, se sentó a mi lado y me dijo: «Todavía no está todo el pescado vendido.» Siempre recordaré esa conversación.
«No había ahorro de neumáticos ni nada parecido. Estábamos a tope hasta el final. A pesar de estar tan abajo, continuamos cuidando el coche y evitando los bordillos, pensando en el final de carrera».
A las 8 de la mañana, Tincknell estaba de vuelta en su puesto y continuaban estando a una vuelta del líder, el Oak Ligier pilotado por Alex Brundle, al que los problemas pronto le forzaron a pasar por boxes. Sin embargo, la calma desapareció en forma de nueva batalla contra Thiriet by TDS Racing.
«Al final de ese período estábamos en segunda posición a cinco segundos de TDS», dice Tincknell. «Oliver se encargaba de los dos últimos períodos y, en mi último paso a través de las curvas Porsche, me dije a mi mismo que lo conseguiríamos. A pesar de que todavía quedaban dos horas, sabía que había dejado a Oliver lo suficientemente cerca, sabía que lo lograríamos».
El momento decisivo llegó con el último repostaje programado para la penúltima hora. Inexplicablemente, el equipo TDS optó por cambiar a Tristan Gommendy por Ludovic Badey, que había sido más lento. En el momento que Turvey encadenó una serie de vueltas excelentes, comenzó a afianzar su posición en pista y a incrementar su ventaja cómodamente.
«No puedo describir la sensación de alivio que sentí al ver al Ligier en mi retrovisor al salir de boxes», dijo Turvey. «Todo el trabajo duro había dado sus frutos. Habíamos logrado colocarnos en una posición en la que disfrutar de nuestra filosofía de ataque constante».
Es quizás una de las remontadas más espectaculares de los últimos años en Le Mans y el equipo Jota estaba comprensiblemente exultante. Al finalizar la carrera, Dolan continuaba casi en trance, tratando de digerir la proeza.
«Estar en aquella tribuna fue como estar en otro mundo, estuve temblando durante semanas», dice hoy en día. «Por supuesto, que todo fuera grabado, fue la guinda del pastel. Asistir al estreno de la película en Leicester Square (un documental sobre Le Mans) era bastante surrealista, pero el poder ver todo de nuevo y revivir todos los recuerdos nos hizo comprender lo especial que había sido. Realmente fue como un cuento de hadas.»
Si quieres participar en esta campaña, pincha en este enlace.
Fuente: Dunlop
Fotografia: Dunlop