- A LA CELEBRACIÓN DE ANIVERSARIO ASISTIERON FRANCISCO CONDE DÍEZ-ALEGRÍA, DR. INGENIERO JEFE DE LA FABRICACIÓN DEL ALPINE FASA, AGAPITO URUEÑA JEFE DE TALLER ALPINE FASA, Y JEAN-PIERRE LIMONDIN, ENCARGADO DE LAS CONCESIONES ALPINE FUERA DE FRANCIA
- PARTICIPARON MÁS DE 30 VEHÍCULOS, DE LOS CUALES UNA DECENA ERAN BERLINETTAS ALPINE, VARIAS A110, EN SUS DIFERENTES VERSIONES, UN A310 V6 2.7 SERIE II, Y UN V6 GT TURBO
Valencia, 16 de noviembre de 2015.- El pasado domingo asistimos a uno de los eventos más interesantes de todo el año, la celebración de los 25 años de Club Alpine Valencia. Accediendo a la invitación formulada por su Presidente, José Vicente Edo, en la pasada edición de Retro Auto&Moto Valencia pudimos participar en una fantástica jornada, donde además de pasar un buen día con los amigos y sus espectaculares coches, volvimos a recibir dos clases de historia automovilística, de bocas de Francisco Conde Díez-Alegría y Agapito Urueña, protagonistas de primera mano de la aventura Alpine en FASA.
La jornada empezó bien temprano, con un desayuno en la sede de la Falla Mendizábal de Burjassot (Valencia), quienes han colaborado por segundo año en la organización de las concentraciones deportivos Renault y Alpine. En la calle del mismo nombre, cortada al tráfico al efecto, se fueron estacionando los coches, primero las unidades Renault más deportivas, donde se juntaron apellidos tan añorados y evocadores como Williams, Copa, Turbo, Gordini, TS y que tantos y tantos recuerdos trajeron a los aficionados. Sin duda, los modelos Clio, 5, Super 5, y 8 que los lucen orgullosamente, son máquinas realmente especiales. Y verlas todas juntas, todo un regalo para la vista.
Al otro lado de la calle, se concentraron las nueve unidades Alpine, con una interesante muestra de unidades fabricadas por FASA en Valladolid, a las que se unieron dos excelentes modelos franceses, un V6 GT Turbo y un A310 2.7 Serie II.
Entre los participantes se encontraban amigos procedentes de las provincias de Castellón, Toledo, Teruel, Alicante y la propia Valencia. No faltó a la cita Javier Alba, Presidente del Club Alpine de la Comunidad Valenciana y el Alcalde de Burjassot, Rafael García.
Tras pasar buena parte de la mañana dedicándonos a fotografiar todos los coches, y jugando a encontrar las diferencias entre ellos, llantas, pilotos y pequeños detalles en su acabado o decoración, llegó uno de los actos más esperados: las charlas que impartirían los invitados D. Francisco Conde Díez-Alegría y D. Agapito Urueña (fotografía inferior).
Antes de iniciarse la charla, el Presidente del Club Alpine Valencia, José Vicente Edo, presentó brevemente la historia del club (cuyo origen se remonta a la primavera de 1990, en una iniciativa capitaneada por José Balaguer, Joaquín Soler y otros amigos), así como una reseña sobre los invitados que iban a tomar la palabra: Francisco Conde Díez-Alegría, Dr. Ingeniero Jefe de la fabricación del Alpine FASA y Agapito Urueña, Jefe de Taller Alpine FASA; estaba prevista la participación de Jean-Pierre Limondin, encargado de las concesiones Alpine fuera de Francia, pero un imprevisto le impidió participar en la conferencia.
El Presidente de la falla, Carlos Zamora también dirigió unas palabras a los asistentes e invitó a los asistentes a guardar un minuto de silencio en señal de duelo por las víctimas de los atentados cometidos en París la semana pasada.
La primera intervención la realizó Agapito Urueña (fotografía superior), quien desempeñó el puesto de Jefe de Taller de FASA Renault; como explicó, él estaba trabajando en SAVA, donde ya realizaban las cabinas de los vehículos comerciales que fabricaban en resinas sintéticas; por tener esa experiencia fue contratado por FASA, al tratarse de una novedad poco conocida en la industria del automóvil. Una vez decidida por la dirección de la empresa la fabricación de los Alpine, recordó el viaje realizado en octubre de 1961 por un grupo de seis técnicos de FASA a Francia para conocer de primera mano las técnicas que tendrían que seguir para fabricar el Alpine en FASA; entre ellos recordó a Santiago Herrera, Alejandro Gómez, pintor, a Modesto Pascual, tapicero; cada uno de ellos en sus respectivos campos (carrocería, soldadura, mecánica y tapicería) fueron instruidos por sus colegas franceses, permitiéndoles recabar la información técnica suficiente para empezar a trabajar en el Alpine español: el 108 con su innovadora carrocería de fibra. La experiencia que aportó Agapito permitió mejorar notablemente los acabados de los Alpines de FASA.
Agapito recordó que la decisión de fabricar el Alpine no gustó a todo el mundo, aunque sus promotores tenían claro que sería una manera excelente de lograr un gran prestigio, sin que importara tanto el beneficio económico a lograr con ello. Para él y para su equipo la experiencia vivida con el proyecto Alpine fue algo fantástico.
Por su parte, Francisco repasó los hitos más interesantes del proyecto Alpine fabricado por FASA desde 1963 hastas 1978, y del cual fue responsable desde la primavera de 1963; apoyado en fotografías dela época fue repasando las características de los primeros A108, equipados con la mecánica del Dauphine Gordini, con su bloque original y con la culata modificada de modo que se obtenían 43,5 cv frente a los poco más de 37 originales tras largas, y exigentes, pruebas a las que se sometían los motores.
La parte central de la intervención de Francisco versó sobre el proceso de fabricación de los Alpine A108 dentro del complejo de FASA, y de su desarrollo: en cuanto a la fabricación en sí del Alpine, ésta no se pudo insertar dentro de las líneas de fabricación normales de FASA, donde se producía el Dauphine y el Gordini, sino que se habilitó una pequeña nave de 500 metros cuadrados, que había quedado libre. Las diferencias en cuanto a la calidad que se le tenía que dar, y que esperaría su cliente, así lo exigieron. La fabricación de un Alpine requería unas 308 horas de trabajo, de las cuales unas 220 las dedicaban a la realización de la carrocería (moldeo, secado, desbordeado, imprimación, pintado). En un principio se usaron pinturas nitrocelulósicas, de gran brillo pero delicadas, por lo que fueron sustituidas por otras acrílicas más resistentes aunque de menos brillo.
Sobre el chásis se atornillaba la carrocería, estando la mecánica en la parte trasera, con suspensión independiente en las cuatro ruedas. La fabricación del bastidor se tuvo que alejar todo lo posible de la zona de producción de las carrocerías, para evitar el riesgo de un posible incendio.
La producción del Alpine era muy artesanal, con una cadencia de una unidad al día; a nivel interno se estableció que el personal asignado a los Alpine ayudara en las líneas de producción normales cuando sus jefes así lo demandaran, tal era su nivel de profesionalidad y de conocimientos técnicos; como eran pocos a la mayoría los conocían por su nombre… Los operarios asignados a los cuatro sectores que integraban la producción del Alpine debían ser capaces de realizar todas las tareas del mismo, o de fabricar la cuarta parte del mismo.
Sobre su continuo desarrollo, Conde explicó que las innovaciones que fueron apareciendo en el R8 se fueron incorporando a los Alpine, como los frenos de disco, su puente delantero, caja de cambios, lográndose una potencia de 44,4 caballos, capaces de lanzarlo hasta los 150 km/h.
Con el tiempo, la producción aumentó y la fabricación pasó a realizarse en una nave de unos 2.000 metros cuadrados. En FASA fueron creando y definiendo de forma continua el Alpine, introduciendo modificaciones autónomas, y dándole mucha importancia a los operarios que trabajaban en su producción; todos ellos acabaron siendo amigos y se reúnen con sus mejores con carácter periódico con sus esposas.
Francisco recordó con cariño las rutas de prueba por puertos y excitantes carreteras entre León y Asturias, con curvas rápidas o lentas, y grandes rectas donde los pequeños Alpine 1300 Y 1400 daban lo mejor de sí mismos: de Riaño hasta Cangas de Onís por el puerto del Pontón y la hoz del Sella), o de Camasobres a Panes, por el puerto de Piedrasluengas y la hoz del Deva. Partiendo de un grupo de Dauphine modificado logró unas impresionantes prestaciones para la época, que llegaban hasta los 152 km/hora, a lo cual ayudaba la excelente aerodinámica de la carrocería.
También fue intercalando otras anécdotas y retales de los procesos de desarrollo de los posteriores A108-1, A-110 (1.100), A-110 (1.300) y A-110 (1-400), de los que se fabricaron 1.902 ejemplares. Francisco fue el autor del capítulo del libro “Alpine Mito y Pasión” titulado “Experimento Alpine en España (1963-1978)”, editado en 2001 por Interclubs del Alpine España.
Tras esta interesante charla, en la que pudimos conocer de primera mano tantos y tantos secretos de estos deportivos y de su fabricación, se procedió a la entrega de placas conmemorativas a los ponentes y a los responsables, tanto por parte de la Falla Mendizábal como del Club Alpine; los invitados también tuvieron la oportunidad de firmar en el Libro de Honor de la falla. También se le entrego una placa al socio fundador Joaquín Soler (fotografía superior).
Tras este acto, se realizó una ruta por el pueblo, que finalizó con los coches expuestos en la gran plaza peatonal enfrente al Ayuntamiento (fotografía inferior). Tras la misma, se volvió al casal donde esperaban unas deliciosas paellas recién preparadas. En la misma destacó una tarta decorada con una imagen de los tres invitados de honor, que hacía juego con las botellas de mistela especialmente preparadas para la celebración.
Después de la comida Jean Pierre Limondin dirigió unas palabras a los presentes, agradeciendo la invitación formulada, para firmar a continuación en el Libro de Honor (fotografía inferior). También recibió un bonito recuerdo de manos del presidente de la falla. Antes de procederse a la entrega de premios y menciones, le obsequió a José Vicente Edo con un recuerdo conmemorativo de los 60 Años del Alpine.
Premios y menciones
Nombramiento de Miembros de Honor del Club Alpine Valencia: Jean Pierre Limondin e hijos de Francisco Conde Díez -Alegría: Cristina, Francisco, Bruno y Silvia Conde Vernet.
Mención para el miembro más joven, y que ha participado en todas las actividades del club: José Vicente Edo Honrubia.
También hubo palabras de agradecimiento para Renault Retail Group Valencia por su apoyo.
Premios para los Renault:
- Mejor preparado para competición: Francisco José Albarracín.
- Más lejano: Pascual Rius, de Moncofar (Castellón).
- Mejor restaurado: Ramón Bergés.
- Más original: Antonio Fortea.
- Más exclusivo: Emilio Muñoz.
- Mejor conservado: José Francisco Flores.
Premios para los Alpine:
- Mejor preparado para competición: Joaquín Soler.
- Más lejano: Juan Antonio Martín (Toledo) y Javier Alba (Alicante).
- Mejor restaurado: Ángel Martínez.
- Más original: Carmelo Soriano.
- Más exclusivo: Manuel Llopis.
- Mejor conservado: Francisco José Martínez Valls.
Texto: Juan Inigo Ros
Fotografías: Club Alpine Valencia y Juan Inigo Ros