- GRAN INICIO: LANZAMIENTO MUNDIAL EN EL SALÓN DEL AUTOMÓVIL DE FRANKFURT EN 1989
- LÍNEA ESTILIZADA: COEFICIENTE AERODINÁMICO DE 0,26, EL MEJOR VALOR ENTRE LOS COCHES PRODUCIDOS EN SERIE
- DESTACADO DEPORTIVO: EL CALIBRA V6 CON TRACCIÓN A LAS CUATRO RUEDAS GANÓ EL CAMPEONATO ITC (ACTUAL DTM) DE 1996
- EL COUPÉ DEPORTIVO MÁS EXITOSO DE LA DÉCADA DE LOS 90’: 238.647 UNIDADES PRODUCIDAS EN SIETE AÑOS
Rüsselsheim/Madrid, 8 de septiembre de 2014.- Ya son varios los coupés de culto procedentes de Opel. Siguiendo el éxito del Manta, el Opel GT y el Monza, el elegante Calibra continúo con la fórmula ganadora de Opel cuando se lanzó en el Salón de Frankfurt (IAA) en 1989, exactamente hace 25 años. Fue extremadamente adelantado a su tiempo, con el mejor coeficiente aerodinámico de todos los coches de producción, suspensión trasera independiente y semi independiente, tracción a las cuatro ruedas opcional y motores ultramodernos de gasolina con catalizadores incorporados de serie. Todos estos atributos fueron reconocidos en 1990 cuando el Calibra ganó el “Volante de Oro”, el premio automovilístico más prestigioso en Alemania.
El motor de acceso de 2.0 litros de cilindrada y 115 CV/85 kW impulsaban al campeón mundial de la aerodinámica de Opel hasta los 203 km/h (fotografía superior), mientras que la versión de 150 CV y cuatro válvulas por cilindro le permitían alcanzar los 223 km/h. A pesar de estas prestaciones tan impresionantes, el Calibra 16V (fotografía inferior) era capaz de mantener un consumo en ciclo combinado de tan solo 7,7 litros cada 100 kilómetros. En otras palabras, un deportivo prestacional sin compromisos – típico de Opel, al igual que su precio asequible.
Este tipo de valores son, por supuesto, una tradición para los coupés de Rüsselsheim. El legendario Manta ya se había beneficiado de la gran tecnología de producción en volumen del Ascona, y el Calibra iba a hacer algo parecido con su pariente más cercano, el Opel Vecta. Como resultado, el Manta y el Calibra fueron sueños asequibles y se convirtieron en coupés de culto, gracias a su receta que combinaba deportividad con economía y fiabilidad. Ambos son a día de hoy, coches clásicos muy codiciados.
Lección de diseño: la forma sigue la función
El gran diseño del Calibra con su aerodinámica optimizada no ponían en entredicho la practicidad para su uso en el día a día. Su portón trasero proporcionaba un acceso sencillo al versátil maletero de 980 litros. Y pese a su formato de coupé, su amplia batalla le permitía alojar hasta cuatro ocupantes con el mejor confort y comodidad. El Calibra ofrecía un equipamiento de serie muy generoso, con dirección asistida, caja de cambios de cinco relaciones de relación cerrada, sistema de audio con seis altavoces y lunas tintadas. El aire acondicionado, una caja automática de cuatro velocidades y el techo solar eléctrico estaban entre las opciones.
Prioridad máxima: la seguridad lo primero
Durante el desarrollo del Calibra, los ingenieros de Opel se centraron en la protección frente a los peatones, una prioridad máxima hoy en día. Su diseño innovador con su figura estilizada, sus bordes suavizados, los limpiaparabrisas ocultos o los canales de drenaje ocultos en el techo, marcarían las pautas del diseño de vehículos en el futuro.
Contaba también con sistema ABS y unos elegantes faros con gran haz de alcance con fuerte contraste y poca dispersión de luz que mejoran la seguridad activa, y los grandes parachoques delanteros y traseros, perfectamente integrados fueron diseñados para absorber un gran energía de impacto en caso de un accidente.
Los modelos más importantes: Para todos los gustos
Cuando fue lanzado al mercado en 1990, estaba disponible un sistema de tracción a las cuatro ruedas de gran calidad además de la variante de tracción delantera para ambas configuraciones del motor de 2.0 litros de gasolina. El Calibra 4×4 impresionó por su fantástica tracción, su gran estabilidad en frenada y su noble comportamiento. Eran características que merecían mucha más potencia debajo del capó – y en marzo de 1992 Opel puso a disposición de los concesionarios el nuevo Calibra Turbo (fotografía de la cabecera). De serie contaba con tracción a las cuatro ruedas, caja manual de seis relaciones, asientos deportivos y unas llantas ligeras de 16 pulgadas que montaban neumáticos en medida 205/50. Pero el gran protagonista era el motor de 2.0 litros Turbo que entregaba 204 CV (150 kW) con una increíble curva de par motor. En pocas palabras, el Calibra Turbo no dejaba indiferente a nadie.
La edición especial del Calibra Keke Rosberg es, por supuesto, legendaria. Justo a tiempo para su debut en el Campeonato Alemán de Turismos (DTM) en 1993, Opel introduce el nuevo motor de 6 cilindros en V con 2.5 litros de cilindrada que entregaba 170 CV/125 kW (fotografía de arriba), que junto al 2.0 de cuatro cilindros vistieron el blanco y amarillo Opel en su variante DTM. Los clientes que elegían la edición “Cliff Motorsport” del Calibra en mayo de 1996 disfrutarían de la misma pintura del coche Clase 1 con el que Manuel Reuter ganaría el campeonato mundial ITC – serie sucesora del DTM – para Opel ese mismo año. La versión de calle “Cliff” rebajaba el chasis en 20 mm y equipaba unas llantas BBS ultra ligeras (7J X 16).
Un gran final: La última edición
Justo un año después del éxito en el ITC (fotografía inferior), el Calibra entró en la recta final, esta vez hacia el final de su producción. Después de 222.000 matriculaciones desde 1990, una versión limitada llamada “Last Edition” fue creada para escribir el capítulo final de la historia del Calibra. Pudo ser pedido hasta finales de abril de 1997 e incorporaba un chasis deportivo, llantas BBS, acabado en cuero y aire acondicionado para asegurar una experiencia de mayor lujo. El motor elegido para esta versión fue el 2.5 V6 o bien el 2.0 de cuatro cilindros en su configuración de 136 CV/100 kW.
El 29 de Agosto de 1997 se produjo de manera oficial el punto y final en la producción del Calibra. Después de siete años, 238.647 unidades fueron producidas en la planta principal en Rüsselsheim y en Valmet (Uusikaupunki, Finlandia). Para cubrir la demanda, la producción que comenzó en 1990 tuvo que incrementarse a 60.000 unidades, en vez de las 20.000 previstas.
Los mercados más grandes del Calibra fueron Alemania, el Reino Unido, Italia, España y Francia. La versión de entrada de 115 CV lideraba las ventas con una producción total de 130.000 unidades, seguido de la versión 2.0 de 150 CV con más de 61.000 unidades vendidas.
Oportunamente, el ultimo Calibra que salió de la línea de montaje fue un “Last Edition” negro, con motor 2.0 y cuatro válvulas por cilindro. Actualmente, Opel Classic disfruta exhibiendo este coche en varios eventos de coches clásicos, donde este precioso coupé termina convirtiéndose en el favorito de las multitudes.
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Texto y fotografías: Opel