• WINGFOOT EXPRESS FUE EL PRIMER CAMIÓN PARA MERCANCÍAS PESADAS EN ACOMETER UN VIAJE DE LARGA DISTANCIA
  • LA TRAVESÍA FUE POSIBLE GRACIAS AL USO DE NEUMÁTICOS CON AIRE EN LUGAR DE LOS MACIZOS EMPLEADOS HASTA ENTONCES

Madrid, 24 de abril de 2019.- En la actualidad, hoy más que nunca, el transporte de mercancías por carretera es considerado un servicio esencial para mantener el mundo en movimiento. En momentos difíciles como el que estamos viviendo, los conductores de camiones son una pieza imprescindible, entre otras muchas cosas, para asegurar el abastecimiento de alimentos y mantener la cadena de suministros. Lo que pocos saben, es que esto no fue siempre así. La historia del Wingfoot Express de Goodyear es la crónica de una revolución que cambió para siempre la forma del transporte de mercancías.

El primer camión equipado con neumáticos de aire

A pesar de que en 1917 el uso de neumáticos de aire ya era generalizado en los automóviles, aún no eran populares en el sector del transporte de mercancías pesadas. El Wingfoot Express, el primer camión de Goodyear equipado con neumáticos inflados con aire en cubrir un recorrido de larga distancia cargado con toneladas de peso supuso una auténtica revolución.

La historia de este gran hito comienza una mañana de abril de 1917, cuando un grupo de trabajadores de Goodyear se reunió en el garaje de la compañía situado en Akron, Ohio. Ante ellos, se encontraba un camión nuevo con el motor apagado. El camión era un Packard de cinco toneladas, con carrocería especial de más de 3 metros de altura diseñada y construida por Goodyear.

El plan de este grupo de trabajadores de la compañía era completar la primera ruta interestatal de camiones con recorridos regulares de ida y vuelta, sin escalas, desde la fábrica de neumáticos de Akron hasta la de tejidos para neumáticos de Goodyear en Connecticut. Con una distancia total de 1.190 km.

El camión parecía perfecto para ello, pues contaba con un compartimento cerrado para dormir, situado detrás del asiento del conductor. Se pensó formar una tripulación de dos hombres que se alternarían al volante mientras uno descansaba, convirtiéndose así en la primera cabina con litera en la industria de los camiones. Detrás de este novedoso espacio de descanso, se colocaron una docena de neumáticos de repuesto, un compresor para inflarlos, 152 metros de cuerda, palas, un bloque pesado y otras soluciones. Los dos conductores elegidos para esta primera travesía fueron Harry Apple y Harry Smeltzer.

Con todo dispuesto, Apple y Smeltzer comenzaron su viaje. En dos coches de apoyo les seguían un ingeniero de neumáticos, un cámara de vídeo y un publicista, todos preparados para afrontar el largo viaje. Una hazaña inaudita en 1917.

Hasta entonces, los camiones estaban equipados con ruedas macizas de grandes dimensiones aptas solo para recorridos cortos. Además, les caracterizaba su enorme lentitud y sequedad de reacciones, lo que transmitía a la cabina y la zona de carga golpes que solían causar grandes daños a los productos transportados si éstos no eran muy resistentes. Sin embargo, el Wingfoot Express de Goodyear estaba decidido a demostrar que la utilización de neumáticos de aire permitiría solventar esta problemática.

Una travesía que cambió el sector del transporte para siempre

Una vez iniciada la travesía, a las afueras de Akron, surgió el primer inconveniente de todos los que habría que sortear: el camión se hundió en el barro. Así, comenzó una odisea: algunos puentes se derrumbaron a su paso, el motor falló dos veces y tuvo que ser reconstruido.

Pero la tripulación de Goodyear insistió obstinadamente. Añadieron un cabrestante a su equipo, una soga y rápidamente dominaron el arte de salir del barro. Al llegar a Pittsburgh, los coches de apoyo también estaban en un pésimo estado, por lo que tuvieron que ser reemplazados por otros nuevos. Los reventones se repitieron cada 120 km a medida que el camión avanzaba a unos 25 km/h.

Ferris Miller, el publicista que los acompañó durante el viaje, con su cámara Kodak plegable fotografío y redactó todos los pormenores de la aventura para los periódicos locales y nacionales.

“Cada lugar en el que parábamos atraíamos a una multitud”, recordó Harry Smeltzer más tarde. “La gente acudía sólo para comprobar si los neumáticos eran macizos o inflados con aire”.

El equipo de Goodyear siguió adelante, a través del campo de batalla de Gettysburg y las tierras de cultivo de Nueva Jersey, de la histórica Trenton a Nueva York y por las carreteras que bordeaban Long Island Sound.

Finalmente, con 21 días de retraso, el equipo llegó a Killingly, Connecticut. Para su sorpresa, fueron recibidos por cientos de empleados de la fábrica de tejidos de Goodyear acompañados por una banda de música. Smeltzer expuso: «finalmente necesitamos 28 días y 28 neumáticos”.

Los nuevos y mejorados modelos de neumáticos

Walter Shively, el ingeniero de neumáticos y miembro del equipo aplicó rápidamente las lecciones aprendidas durante la experiencia y los nuevos modelos mejorados estuvieron disponibles casi de inmediato. Un talón de la cubierta más fuerte y flancos laterales más pesados aumentaron su resistencia a los reventones. El concepto de cordón de algodón de Goodyear en la construcción de neumáticos –hoy sustituido por fibras sintéticas- ya había demostrado su eficacia en los neumáticos para automóviles y era indispensable para construir los resistentes neumáticos que requerían los camiones.

A partir de esta primera experiencia y una vez aplicadas todas estas mejoras, siete camiones Wingfoot Express fueron puestos en marcha, entre ellos los modelos White, Mack y Packard, de entre tres y cinco toneladas. Los neumáticos de los camiones fueron tan fiables que en 1918 siete camiones Express completaron una excursión de casi 5.000 km a lo largo de la costa este de Estado Unidos sin un solo pinchazo.

Tras este nuevo hito, los persistentes equipos de Goodyear vencieron de nuevo todos los obstáculos del camino y las inclemencias climatológicas, completando cuatro viajes de ida y vuelta, recorriendo un total de 50.000 km. Un récord mundial alcanzado tras cruzar Estados Unidos, de costa a costa, en tan solo 14 días.

El Wingfoot Express reinventó el camión, permitiéndole conquistar las carreteras y desligándolo de sus hasta entonces restrictivas tareas limitadas al transporte de carga entre las plataformas ferroviarias locales y los muelles cercanos.

Fuente: Goodyear

Fotografías: Goodyear

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