LA TRADICIONAL COMIDA DEL JAGUAR CLUB SE REALIZÓ EN BODEGAS VALDUERO EL PASADO 16 DE DICIEMBRE
24 de diciembre de 2012.- EL dinámico Jaguar Club cerró su activo ejercicio social con la tradicional comida de Navidad, que reunió a socios y simpatizantes del club. Este año la comida se celebró en el marco de la prestigiosa Bodega Valduero.
La jornada empezó con una visita al pueblo de Maderuelo en la provincia de Segovia, muy cerca de Aranda, más conocido por el Pantano de Linares, que es lo más parecido a tener una playa en verano. El pueblo es típico castellano con encanto, todo de piedra auténtica y aislado de todo, ya que inspira pereza la subida al pueblo.
En esta visita se han incorporado un gran amigo mío de la infancia Jesús de la Puente, que regenta Talleres de la Puente, y es quien logra mantener mi XJS funcionando. Dado que es aficionado a los clásicos y los restaura, nos ha deleitado con un Mercedes Pagoda, del que recientemente ha reconstruido el motor de tal manera que está literalmente como nuevo.
No solo ha venido él, sino que se ha traído a su vecino con un espectacular MKII, restaurado por completo también por Jesús y cuyo orgulloso dueño nos lo ha enseñado a todos. Por supuesto, el motor restaurado del MK II le permitía generar un sonido «de los de antes» impecable y en ruta no le dejabas atrás no…
Otro convecino a quien quise invitar y vino a través de Jesús es el dueño de un espectacular XJ12 Serie III de 1988 con 36.000km reales, creíbles que nos dio un toque de elegancia extra a todo el séquito, ya de por sí espectacular. No pudo quedarse a comer y solo vino para conocernos, pero es otro candidato a ser socio del club de estas tierras y apostolizar el mensaje Jaguar.
Seguidamente llegamos a las instalaciones de Bodegas Valduero, y notamos que, a pesar de llegar temprano, nos esperaban ansiosos: a pesar del «fresquito» que hacía nos estaba esperando en la calle Ana, perfectamente preparada para explicarnos todo el funcionamiento de la bodega. Nos indicó donde aparcar y empezó a hablar con nosotros muy gentilmente. La acompañaba el gerente de la bodega que vino desde Madrid un domingo sólo para estar con nosotros, es otro detalle más que refleja la ilusión y el cariño con el que hacen este tipo de recepciones.
Por suerte, antes de que el frío nos hiciera mella, entramos en el búnker (hecho con hormigón armado), donde nos explicaron el proceso de la primera fermentación, que curiosamente es muy rápida y solo dura unos 8 o 9 días.
El siguiente paso consiste en traspasarlo a las típicas barricas de madera, que pueden ser de roble francés o americano. Dependiendo del vino que se quiere hacer, crianza, reserva o gran reserva, se le pasa por distintas barricas manteniéndose en las mismas el tiempo acorde al vino a realizar.
Aunque aparentemente sólo vemos cajones grandes con botellas, estas son el resultado de un complejo proceso de trazabilidad: se controla la uva de determinadas cepas y se anota en que depósitos ha estado, durante cuánto tiempo, a que temperaturas, que analíticas se han realizado de azúcar, alcohol, etc. y en que barricas concretas ha estado, de tal manera que de cada cajón de botellas se puede tener su trazabilidad.
Una vez pasado el proceso de elaboración se catan un par de botellas de cada cubículo y lo que Bodegas Valduero no considera que tiene el nivel que desean, todo ese lote se retira del mercado. De esta manera logran una uniformidad en los vinos y el nivel de calidad esperado por sus clientes más fieles.
Es admirable el proceso de elaboración del vino, mucho más complicado de lo que parece, sobre todo si se quiere mantener una personalidad y una uniformidad en el tiempo. El mismo se inicia desde el momento de la recogida de la uva, que en esta ilustre bodega se recoge a mano. Las cepas están en vaso en vez de en espaldera, dan menos uva pero fuerza a que la recogida sea manual y selectiva. Así se consigue que la uva llegue entera a la tolva lo que evita que empiece a fermentar en el camino y no puedan controlar el inicio del proceso con exactitud. La rapidez con la que se recoge la uva y se empieza a procesar es crítico, amén del proceso en sí.
No descuidan ningún detalle y la obsesión por la elaboración del producto les lleva a extremos, como que la exhibición de la sala de las barricas está prohibida porque el ruido puede afectar al resultado final. Nosotros tuvimos el honor y el privilegio de poderlo visitar, algo excepcional que refleja una vez más el gran cuidado y cariño que han demostrado tener con el Jaguar Club.
Después recorrimos los cientos de metros de túneles que han excavado debajo de la montaña para que el vino acabe de ser criado, que es lo que ya conocemos como las típicas bodegas arandinas, siempre excavadas en roca para mantener temperatura y humedad constantes durante todo el año. Sorprende decir que hay circulación de aire constante porque es necesaria para que el vino crie bien y es un placer oler el vino en estas bodegas sin notar el aire viciado, a pesar de estar a decenas de metros de profundidad.
En pleno proceso de tunelado, por casualidad encontraron una sala dentro de la montaña que se descubrió que era del Cura Merino, religioso que acostumbraba a recepcionar franceses en la Guerra de la Independencia, haciendo de su estancia por nuestro país más entretenida. Más información, http://es.wikipedia.org/wiki/Jer%C3%B3nimo_Merino
En esta sala se han encontrado pergaminos y libros que demuestran que era su cuartel general. Recogida toda la documentación histórica, las obras se reanudaron y pudieron completar una sala acogedora que los socios de la bodega pueden disfrutar siempre que quieran. Bodegas Valduero admite socios a su membresía que les da derecho a disfrutar de las instalaciones de la bodega siempre que quieran, y hemos visto como algunas personalidades de renombre son socios por la placa que lucen en sus paredes.
La mesa que se puede contemplar allí es madera africana de una pieza y aguanta la humedad perfectamente. Estar en esta sala es respirar historia y además es ideal para pasar la tarde con buen vino y mejor compañía.
Finalmente subimos a un antiguo refugio anexo a la bodega y propiedad de la bodega, que es donde los socios de Bodegas Valduero pueden comer y beber. Es una estancia muy grande que permite disfrutar de dos ambientes, con una cristalera de arriba a abajo y de lado a lado sin columnas que permite observar esta espectacular.
Llegados a este punto, y bajo el calor de chimenea y calefacción nos deleita con su presencia Yolanda García Viadero, enóloga y una de las hijas del fundador de la bodega D. Gregorio García Álvarez, quien fundó la bodega en 1984, con el fin de explicar su trabajo.
Para los que nos gusta el vino pero no somos catadores profesionales, contar con el talento de Yolanda, su forma de explicarnos las cosas y comprobar las diferencias entre vinos, hizo que esa falta de habilidad por nuestra parte se disipara de manera sencilla y sorprendente al abrigo de sus indicaciones. Es sin duda un recuerdo memorable el que ha conseguido Yolanda gracias a su inteligencia y a su sencillez a la hora de descubrirnos aquellos matices que de otra manera no podríamos vivir jamás si no se es un avezado del vino.
Para empezar, nada menos que un vino blanco, ya sabéis que la Rivera del Duero nunca ha sido de vinos blancos así que la apuesta era arriesgada. Un servidor es bebedor habitual de vino blanco así que puedo saber si el vino es sólo alcohol o si lleva alguna gracia más. Debo añadir que si se ha servido a temperatura ambiente, como los que habéis tomado vino blanco sabéis, es complicado que sepa bien si no se sirve muy frío. El resultado os lo podéis imaginar después de ver cómo trabajan aquí, exquisito, tanto es así que compré vino blanco!
Después vino lo demás, tres catas de tinto: la primera de un vino moderno inspirado por la hermana de Yolanda, Carolina, que pidió un vino moderno con determinadas características; aunque Yolanda era de una escuela tradicional, estilo francés, la complació elaborando el Reserva 1 Cepa. ¿Por qué escogió ese nombre? Porque para elaborar 1 botella se necesita una cepa entera de uva. Es un vino de carácter, muy a lo ancho, se queda en los laterales del paladar y es un vino intenso.
El segundo vino es el clásico Rivera del Duero tradicional de toda la vida, exquisito en matices y con una elaboración sublime, es más suave de beber que el 1 Cepa.
El tercer vino es una cosa realmente curiosa porque Yolanda decidió hacer un vino puramente aromático, que tenga sólo aromas. Este vino es un espectáculo olerlo, es muy intenso y se aprecia muy bien en el aroma las maderas; sin embargo al beberlo le falta todo el aroma que has degustado antes, pudiendo decepcionar a más de uno. Sin embargo es un vino exquisito y que logra un efecto sorprendente y es que a diferencia de los otros vinos, no dejas de mover la lengua todo el rato…
Concluida la cata, toca la comida…
¡Y que comida!
Concretamente había… morcilla de la de verdad, chorizo hecho al vino blanco (de la casa, naturalmente), sopa de ajo, cordero asado (cómo no) ensalada con vinagre de vino elaborado por ellos, licor y pastas… todo ello sin perder de vista el alucinante pan de aceite que son un pan de hogaza con aceite que es uno de los orgullos de nuestra gastronomía. Naturalmente… ¡no quedaron ni las migas!
Lo mejor de la comida fue sin duda que nos acompañaron en la mesa y nos siguieron contando el devenir del trabajo y las anécdotas que surgen en la bodega. Su amabilidad y exquisitez nos acompañaron en todo momento.
El Presidente del Jaguar Club, Pablo Población entregó unas chapas y unas tazas del Jaguar Club a todas las personas que nos atendieron y agradecieron de corazón el detalle, pudiendo observar cierta sorpresa porque no se lo esperaban.
Debo admitir que yo tampoco esperaba un día tan extraordinario y una recepción tan exquisita, casi a la altura de sus vinos.
Una vez finalizada la visita, fuimos a ver el taller de Jesús que está en la N1 en la entrada de Aranda (Talleres de la Puente), donde pudimos contemplar un Ford T original, un Chevrolet de 1902 cabrio, un camión Ford de 1930, amén de otras cosillas como un Dodge de 1960, y ya coches más mundanos como un Golf serie 1, un Renault 7…
Reflexión final
Tenía muchas ganas de ser yo quien os mostrara el evento porque soy de Aranda, conozco el progreso de sus gentes que han logrado y la visión de futuro para levantar una industria compleja que mezcla tecnología, productividad, competitividad, con artesanía, tradición, experiencia y experimentación junto a inversiones considerables y procesos de comercialización nada sencillos. Es un ejemplo de visión, sacrificio, buen hacer y éxito partiendo de una tierra llena de piedras y unos palos donde has de creer que en primavera tendrá hojas y en otoño uva, si no ha llovido en exceso, o si ha llovido algo, o si no ha granizado y te lo destroza todo… es un paraje hostil, difícil de trabajar y de vivir donde en verano es normal los 40º y en invierno los -10º un clima seco y donde tienes primavera y otoño por unas pocas semanas. Han aprovechado precisamente lo más duro de esta tierra para conseguir la mejor uva, con poca cantidad pero muy dulce que permite una carga alcohólica mayor.
España ya no es lo que era, al menos en vino. Hay que recordar que nos reíamos de los gallegos empeñados en hacer vino (no había quien se bebiera eso), así como en Madrid, Andalucía… etc. Hoy puedes tomarte un vino tinto exquisito, impresionante de Galicia o de cualquier parte del país, hoy puedes tener un competidor importante a pie de playa, en cuanto a elaboración de vino España ha logrado una habilidad y una capacidad impresionante que roza lo increíble, sobre todo porque el vino es tan delicado que una pequeña desviación en el proceso, supone la pérdida de la producción.
Ha sido un honor y un privilegio, mostraros uno de mejores vinos que da nuestra tierra y si os ha gustado e inspirado este artículo, os invito a que probéis un par de Valdueros y viváis la experiencia de un vino superior, lleno de tradición, innovación y tecnología.
Más información:
Sobre el Jaguar Club
El Jaguar Club es un club español dedicado a las marcas inglesas Jaguar y Daimler; pueden formar parte del mismo las personas aficionadas e interesadas por la historia y productos de estos prestigiosos fabricantes ingleses, sean o no propietarios de modelos de las citadas marcas.
Este club complementa al Foro Jaguar punto de encuentro internacional para todos los amantes de estas prestigiosas marcas; en este foro además de conocer a nuevos amigos es posible intercambiar información técnica y consejos sobre todos los modelos, consultar el mercadillo, estar al tanto de las últimas noticas que afectan a la marca, etc.
Las personas interesadas pueden consultar las páginas web:
Texto y fotografías: Héctor Cadelo, Socio del Jaguar Club.