EL OTOÑO ES PERFECTO PARA DISFTURTAR DE LOS CLÁSICOS
3 de noviembre de 2015.- La Asociación Española de Clásicos Deportivos y el Club TR Register España querían aprovechar los bellos coloridos otoñales antes de que llegue el triste invierno. El pretexto fue convocar una excursión a Sotosalbos el sábado 31 de octubre, pero en vez de yendo por las rutas fáciles, tomando la más complicada, atravesando los puertos de La Morcuera y de Navafría. El destino era un bonito pueblo segoviano que evoca recuerdos del Arcipreste de Hita cuando queda prendado de la Chata de Malangosto, porque allí se conserva una verdadera joya del románico castellano; La Iglesia de San Miguel del SXII, una de las más bellas que se pueden encontrar en nuestro país, en la que destaca su galería porticada con decoración de numerosos capiteles.
Se reunieron 30 coches de buen nivel, 9 de ellos Triumph, destacando un espectacular Mercedes 300S coupé, un precioso Porsche 956 Speedster y un Lotus Elan 26R, todos merecedores de premio. La salida se retrasó un poco, pues un Triumph TR3 llegó perdiendo líquido refrigerante al haberse caído el tapón del radiador, pero nada que no se pudiera resolver en plan “McGiver” recurriendo a una pieza de vertedero y una brida plástica. Solucionado el problema, esperaba la travesía de los puertos.
Aunque el tiempo no parecía tan malo, nada más comenzar a subir la Morcuera comenzó a envolver una espesísima niebla. La misma niebla que acompañó en el siguiente puerto de Navafría. Pero en las partes más bajas la niebla daba tregua y permitía apreciar los preciosos colores otoñales de los robledales del Valle del Lozoya. Aunque hubo que conducir con mucha precaución, la verdad es que fue una experiencia que gustó a todos. Pero se escucharon protestas por la inconsciencia de muchos ciclistas, que en carreteras tan estrechas como esas, se aventuran a subir y bajar entre la espesa niebla sin ninguna luz, incluso a veces pedaleando dos o más en paralelo.
En Sotosalbos, los coches tenían reservada para aparcar la plaza de la Iglesia. La sorpresa fue que allí esperaban los amigos segovianos que, en una perfecta pick-up Ford A de los años veinte, se habían venido provistos de las mejores chacinas y vino Pintia de Toro realmente insuperable. Fue todo un lujo de aperitivo, por su calidad, por el marco junto al atrio románico y por el ambiente, mientras que esperábamos al simpático y jovencísimo Padre Andrés que nos iba a abrir la Iglesia de San Miguel para apreciar sus frescos, sacristía y retablo. Pero lo singular del día fue cuando el Padre Andrés se ofreció a bendecir los coches, cosa que hizo según la liturgia y tras unas provechosas palabras para ayudarnos a disfrutar de nuestra afición a los coches clásicos con alegría y prudencia.
Provistos con las medallas de San Cristobal o San Miguel con que obsequió el Padre, la caravana de coches se dirigió a la cercana Navafría para aparcar junto a su Ayuntamiento. Allí los 57 asistentes pudieron disfrutar del mejor chuchifrito de España, el del restaurante Lobiche. Nada supera un almuerzo animado entre amigos para cerrar una gran jornada y una gran ruta, antes de que los clásicos entren en el letargo invernal.
Texto y fotografías: Juan Jordano