EL PASADO DÍA 24 DE MARZO UN GRUPO DE ENTUSIASTAS DE ROLLS ROYCE Y BENTLEY SALIMOS DE EXCURSIÓN
7.4.2018.- Nos habíamos citado en las instalaciones de Bentley Madrid en donde, una vez más, nos acogieron y obsequiaron con delicioso desayuno especialmente bienvenido pues el día se mostraba frio y amenazador.
La primera etapa de la excursión tenía como destino la Estación de Seguimiento de Satélites de Robledo de Chavela (Madrid Deep Space Communications Complex) y para alcanzarlo teníamos dos opciones: una para mal tiempo y otra más interesante pero para condiciones más favorables.
Inútil alternativa porque finalmente optamos por la más bonita, aunque el tiempo prometía poco. Y así enfilamos camino del Escorial y del Alto de la Cruz Verde, con viento en cara de 50/60 Kms/hora que, aunque facilitó notablemente la refrigeración de nuestros autos, hizo la ascensión algo más lenta. La única incidencia en este tramo fue la búsqueda de la libertad por parte del agua del auto decano de la expedición con la complicidad del grifo de vaciado del bloque motor, que motivó una breve parada. Breve porque inmediatamente se despachó un Corniche (cabrio) a la gasolinera más próxima y regresó enseguida con los avituallamientos y pertrechos necesarios.
En la Cruz Verde atendimos a los torreznos de Casa Guillermo. Los atendimos con atención pues estaban buenísimos y el vendaval que estaba soplando fuera nos hacía ser más receptivos.
La bajada hacia Robledo se realizó sin dificultad. No fallan de frenos nuestros coches sino todo lo contrario a pesar de ser complejos. La subida a la Almenara también fué bien y llegamos al MDSCC sin novedad y en horario.
La Estación de Seguimiento es poco conocida y muy interesante. Me remito a su página web para mayor detalle.
Después de la aventura espacial nos dirigimos por precioso camino al segundo destino del día, la explotación agropecuaria La Finca, donde en un paraje espectacular fuimos muy amablemente recibidos por sus propietarios. Tras rico aperitivo pues los torreznos ya quedaban lejos, fuimos guiados a través de las distintas fases de la crianza del vacuno quedando los asistentes muy favorablemente sorprendidos por la pulcritud y muy sensata interpretación ecológica del conjunto.
La posterior comida confirmó las altas expectativas que la visita previa había suscitado. Algunos comparaban la excelencia del tartar de ternera que nos fue ofrecido con el funcionamiento del cambio manual del Bentley MkVI. Otros aseguraban que siendo ambas sensaciones sublimes la comparación se antojaba metafísica.
Y entre discusiones sobre textura y sabor por una parte y precisión y suavidad por la otra se nos hizo tarde y hubimos de regresar a Madrid donde llegamos sin novedad.
Fue un día entretenido.
Fuente: Pedro Moriyón
Fotografías: Pedro Moriyón