- EL EMPRESARIO DEL MUNDO DEL MOTOR MANUEL BERTOLÍN FALLECIÓ HOY EN VALENCIA A LOS 83 AÑOS
- SU VINCULACIÓN CON BMW DESDE 1963 LE CONVIRTIÓ EN LA PRIMERA CONCESIÓN OFICIAL DE LA MARCA ALEMANA EN ESPAÑA Y LA SEGUNDA MÁS ANTIGUA DEL MUNDO
- AUTOMÓVILES BERTOLÍN SE HA CONVERTIDO EN UNA REFERENCIA DENTRO DEL GRUPO BMW POR SU ATENCIÓN AL CLIENTE Y CALIDAD DEL SERVICIO
Valencia, 19 de agosto de 2021.- Hoy ha sido un día triste para el mundo del motor valenciano al fallecer Bernardo Manuel Bertolín Blasco a los 83 años de edad. Con Manuel Catalá, “Yonchu” Ugarte y Enrique Tomás Segarra, formó parte del grupo de los principales empresarios del automóvil valenciano del siglo pasado.
Manuel, zaragozano de nacimiento, fue un empresario hecho a sí mismo, consiguió con mucho tesón y esfuerzo ir escalando peldaños dentro del mundo del motor desde lo más básico, cuando entró en Talleres Tarragó y Talleres Enrique para aprender el oficio de mecánico. Sus innatas dotes para ello le permitieron en 1960 abrir su propio taller en Valencia, Talleres Bertolín, que pronto se granjeó una merecida reputación.
Su afición hacia la competición le llevó a preparar y disputar numerosas pruebas con vehículos Abarth, lo que le llevó a gozar de un merecido prestigio; también actuó como mecánico preparador y realizando la asistencia de destacados pilotos, como Pepe Luna quien recuerda: “En los 70′ cuando corríamos rallyes en el equipo de Promobanc BPN con Seat 1800 FU Grupo V hechos por Juncosa nos los mantenía y nos daba la asistencia técnica Manolo Bertolín. NUNCA tuvimos un fallo mecánico, nunca rompimos un grupo cónico ni nada de nada. Eso sí, algún «guantazo que otro». Bertolin, el mejor”. El mismo recordaba “en un año, llegué a hacer, por ejemplo, 60 transformaciones. (…) Jamás se ha roto un motor preparado por mí en ninguna carrera, ni en BMW ni en el resto”.
De esta manera, conoció a ejecutivos vinculados con BMW que le ofrecieron montar en Valencia el que sería el primer concesionario de la marca en España. Así, El 23 de octubre de 1963 Valencia ya contaba con un servicio de venta y postventa para los primeros BMW que rodaban por la zona: Automóviles Bertolín. Las históricas instalaciones ubicadas en la calle Naturalista Rafael Cisternes, inauguradas en 1969 y ampliadas en 1982, fueron lugar de peregrinación para muchos aficionados que allí podían ver las últimas novedades procedentes de la marca bávara, e incluso las de Ferrari, marca que también representó durante algunos años. Precisamente, a mediados de los años 80 allí pude ver el segundo Ferrari Testarossa que se vendió en España y poco tiempo después, siendo un adolescente, pude conocer personalmente a Manuel. Con los años el negocio creció, y en 2001 se inauguraron unas nuevas instalaciones en la avenida del General Avilés de Valencia, que completaban el centro de carrocería abierto en 1996 en Massalfassar. BMW también lo nombró Concesionario Certificado M en Levante y Agente exclusivo BMW i. Su vinculación a BMW celebró en 2013 un hito muy especial al cumplir su 50 aniversario; en 2019 fue objeto de un homenaje en la Convención de Concesionarios de BMW Group España celebrada en Lisboa. Manuel, además, fue miembro del comité organizador de la Feria del Automóvil de Valencia desde sus principios.
El rigor y la profesionalidad en los trabajos realizados y en los servicios prestados pronto fueron las señas de identidad de la concesión (“el servicio es nuestra obsesión”), que se fue convirtiendo en una referencia para la propia marca; para él había que reinvertir en dotación y equipamiento tecnológico para ofrecer la mejor asistencia que se pudiera lograr. También tuvo muy claro que había que escoger bien a los clientes, y que “chatarra no quería”.
Esta cultura basada en la excelencia se la transmitió a sus hijos, Manuel y Fátima, en los cuales fue delegando la gestión del negocio realizando una sucesión ordenada y modélica en el mismo. Para sus empleados fue un referente en el aspecto profesional y personal, aunque exigente. Tal y como le recuerdan “valora mucho la humildad de sus técnicos para aprender y para completar con la práctica del día en el taller la formación teórica que aportan al incorporarse a la firma”. “Juanito”, uno de los mecánicos que empezó con Manuel, recuerda “le dejaba los motores preparados y listos para que Manuel los pudiera montar a conciencia… lo comprueba todo, ajustes, tolerancias, holguras….Para él, el trabajo ha de quedar perfecto, igual que si saliera de fábrica”. Para Manuel no habían horas cuando se trataba de resolver cualquier asunto; proveedores suyos lo recuerdan atendiendo personalmente las pequeñas emergencias que surgían en el día de la empresa un viernes por la tarde cuando el personal ya había finalizado su jornada laboral. Dentro de la propia BMW la concesión valenciana fue todo un referente, por el nivel técnico de su personal y por su capacidad para afrontar cualquier desafío que entrara al taller.
A pesar de haberse jubilado hacía años, no era raro verle por las instalaciones de sus concesiones (las mañanas la pasaba en las instalaciones de General Avilés y la tardes en las de Naturalista Rafael Cisternes) y, por supuesto, rodando con los últimos modelos que pasaban por la concesión; el último modelo que estrenó fue un M8, aunque también se desplazaba por Valencia en un eléctrico i3. La última vez que lo vi se interesó por los recambios que había comprado para mi 635 CSi y me mostró la energía a la que nos tenía acostumbrados. Además, siempre que podía disfrutaba de su gran pasión, la hípica, en la finca que poseía cerca de Valencia.
Manuel deja viuda, Isabel, y dos hijos Fátima y Manolo. Descanse en Paz.
Fuente: Juan Inigo Ros
Fotografías: Clásicos al Volante y Automóviles Bertolín