EL 18 DE MAYO FINALIZÓ EN SOS DEL REY CATÓLICO LA II TRANS ESPAÑA CLASSIC CARS, UNA IMPRESIONANTE AVENTURA EN LA QUE DIEZ VEHÍCULOS DE COLECCIÓN, EN 22 ETAPAS, HAN RECORRIDO LA PERIFERIA DE ESPAÑA TOTALIZANDO MÁS DE 5.000 KM
30 de mayo de 2017.- Organizada por el Bajo Aragón Club de Vehículos Antiguos, y sobre todo por iniciativa personal de su presidente, Santiago Gracia, esta empresa inició su andadura el 22 de abril en Alcañiz, dando la salida a ocho coches, a los que habrían de sumarse otros dos en Valencia. Por tema de permisos administrativos el rally estaba restringido a diez participantes, aunque en su tercera edición los organizadores esperan ampliar la inscripción hasta los veinticinco, ante el importante número de solicitudes de inscripción que se han quedado en reserva.
Los vehículos inscritos formaban una heterogénea caravana, contándose con automóviles como un Ford A de 1928 (uno de los que se incorporó en Valencia) o un Mercedes Benz 300 de 1981. Entre medias, Fiat 1.500 del 59, Seat 850 del 68, Dodge 3700 GT del 71, Peugeot 203 del 53, Citroën 2CV del 75, Porsche 944 Targa, Mercedes 280 SL del 75, Citroën 11 del 54, Citroën Dyane 6, Seat 850 Coupé del 60 o Talbot 180 del 76. Los participantes llegaron de my diferentes puntos, desde Cataluña a Andalucía, incluyendo un francés, que confería un carácter internacional al rally.
Con tan abigarrado grupo, en el que por cierto no hubo en ningún momento fricciones o problemas de convivencia, se partió de Alcañiz en dirección a Zaragoza, y de allí a Jaca. El tercer día se cruzó el precioso Valle de Arán, para finalizar la etapa en Andorra la Vella. Desde allí, por las enrevesadas carreteras pirenaicas se desplazaron hasta Gerona. La siguiente etapa tenía como destino Cambrils, con paradas en Barcelona y Tarragona. Luego, siguiendo la costa mediterránea, se llegaron a Valencia, donde fueron recibidos por varios clubes de la ciudad del Turia, con los que intercambiaron presentes y por los que fueron acompañados parte del recorrido. Antes de abandonar la Comunidad Valenciana pernoctaron en Elche, para posteriormente entrar en Murcia, con parada en Lorca, donde tuvieron un recibimiento especial por parte del club local, e incluso el alcalde de la localidad. Desde allí partieron en dirección a Granada, un recorrido en el que el GPS les jugó una mala pasada, al meterlos en un camino sin salida en el que la caravana pasó arduos trabajos para lograr dar la vuelta. Quizá para compensar, el recibimiento en Guadix, localidad por la que se decidió pasar merced a la solicitud de una aficionada, propietaria de un Seat 600, que pidió reiteradamente a Santiago Gracia que al menos repostaran allí. La mencionada chica recibió a la comitiva con un buen surtido de dulces caseros y una acogida especialmente familiar.
A bordo de sus coches los participantes recorrieron en las siguientes etapas Ronda, Antequera, Cádiz, Sevilla, Almendralejo, Mérida, Trujillo, Cáceres, Plasencia, Guijuelo, Salamanca, Puebla de Sanabria, La Toja… en Orense primera avería seria, o al menos tal parecía; el 2 CV de José Mª emite un ruido seco, que podría ser de una biela fundida. Uno de los participantes propone un diagnóstico “digital”, es decir, va poniendo el dedo en diferentes puntos de coche, y por cómo repercute el metal acaba averiguando que es el alternador. José Mª llamó a Barcelona, a su mecánico, y al día siguiente ya le había llegado uno nuevo, que fue instalado para proseguir el viaje hasta su final.
Tras pisar Finisterre, punto obligado, continuó el viaje por el norte de España, con paradas en La Coruña, Ferrol, Ribadeo y Oviedo, donde visitaron el Museo Fernando Alonso. Luego se sucedieron Villaviciosa, Comillas, Santillana del Mar y Santander, donde el Moto Club Pistón ejerció de excelente anfitrión, aunque lo suyo son las motos. Prosiguió la aventura por Laredo con destino a Bilbao, con parada en Torre Loizaga, un Museo de visita obligada para amantes de los coches.
El último día salieron de Bilbao, y pasando por Vitoria y Pamplona llegaron a Sos del Rey Católico, destino final de la Trans España, sin duda el evento para coches de colección más largo de cuantos se celebran en nuestro país, jalonado de buenas comidas y excelentes hoteles, necesarios para reponer fuerzas, a pesar de que las etapas, cuidadosamente estudiadas por la organización, no suelen exceder los 250 km. Un impresionante recorrido de más de 5.000 km en el que además han menudeado las visitas culturales y los recorridos secundarios por un país, el nuestro, que tiene mucho que ofrecer a quien hace el esfuerzo de acercarse a las poblaciones y paisajes fuera del alcance de las grandes autovías y los objetivos turísticos más trillados.
En realidad esta es la idea que ha presidido la creación del Trans España, surgida tras un viaje de Santiago Gracia por los pueblos más recónditos de Teruel, con su familia, a bordo de un Fiat Balilla del 39, allá por el 2002. Si Teruel le había descubierto cientos de parajes y monumentos increíbles ¿Qué no ofrecería el resto de España?. Se puso a trabajar en ello, como desafío individual, e incluso logró un patrocinador, la misma FIAT. Sin embargo, un grave problema de salud vino a interponerse, y pospuso toda actividad hasta 2014. Resuelto satisfactoriamente su problema de salud, y con el apoyo del Bajo Aragón Club de Coches Antiguos, en 2015 vio la luz la primera Trans España Classic, en la que 9 automóviles recorrieron 6.000 kilómetros. La feliz conclusión de esta hazaña les convenció de instaurar el evento, con carácter bianual, logrando cada vez mayor número de solicitudes de inscripción, lo que nos hace pensar en un futuro prometedor para la Trans España Classic.
Fuente: FEVA
Fotografías: Bajo Aragón Club de Vehículos Antiguos y Archivo Clásicos al Volante