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  • FORD MOTOR COMPANY Y JOSÉ CUERVO ESTÁN EXPLORANDO EL USO DE PLANTAS DE AGAVE PARA DESARROLLAR UN BIOPLÁSTICO SOSTENIBLE QUE SE PUEDA UTILIZAR EN VEHÍCULOS, DÁNDOLE AL DERIVADO DE FIBRA DE AGAVE UN SEGUNDO USO
  • LOS INVESTIGADORES ESTÁN PONIENDO A PRUEBA LA DURABILIDAD Y RESISTENCIA AL CALOR DEL MATERIAL PARA SU POTENCIAL UTILIZACIÓN EN COMPONENTES DEL INTERIOR Y DEL EXTERIOR DEL VEHÍCULO TALES COMO ARNESES DE CABLEADO Y COMPARTIMENTOS DE ALMACENAJE
  • EL ÉXITO EN EL DESARROLLO DE ESTE COMPUESTO SOSTENIBLE PODRÍA REDUCIR EL PESO DE LAS PIEZAS DEL AUTOMÓVIL, AYUDANDO A MEJORAR LA ECONOMÍA DE COMBUSTIBLE: EL NUEVO MATERIAL PODRÍA REDUCIR EL USO DE PRODUCTOS PETROQUÍMICOS Y, CON ELLO, EL IMPACTO TOTAL DE LOS VEHÍCULOS EN EL MEDIO AMBIENTE

DEARBORN, Michigan, 23 de julio de 2016.– Ford Motor Company está colaborando con José Cuervo para estudiar la posible utilización de los derivados de la planta del agave, utilizada por la marca para producir su tequila, en el desarrollo de bioplásticos más sostenibles en vehículos Ford.

Ford y José Cuervo están realizando pruebas con el bioplástico para su utilización en piezas interiores y exteriores tales como arneses de cableado, unidades de aire acondicionado y espacios de almacenaje. Los primeros informes sugieren que se trata de un material prometedor gracias a su durabilidad y sus cualidades estéticas. El éxito en el desarrollo de un compuesto sostenible podría reducir el peso del vehículo y el consumo de energía y así como el uso de materiales petroquímicos y el impacto de la producción en el medioambiente.

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“El objetivo de Ford es reducir nuestro impacto medioambiental”, cuenta Debbie Mielewski, jefe técnico del departamento de Investigación de Sostenibilidad. “Como empresa líder en el espacio de la sostenibilidad, estamos desarrollando nuevas tecnologías para utilizar de manera eficiente materiales descartados y fibras, reduciendo al mismo tiempo el uso de derivados petroquímicos y haciendo que nuestros vehículos pesen menos”.

El ciclo de crecimiento de la planta de agave es un proceso que dura un mínimo de siete años. Una vez recolectado, se tuesta el corazón de la planta antes de triturarlo y extraer sus jugos para destilarlos. José Cuervo utiliza una parte de las fibras de agave restantes como compost para sus granjas, y los artesanos locales utilizan el resto para realizar artesanía y papel de agave.

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Ahora, como parte de un plan más amplio de sostenibilidad por parte de José Cuervo, el fabricante de tequila ha unido fuerzas con Ford para desarrollar nuevos modos de utilizar las fibras sobrantes.

“José Cuervo se enorgullece de trabajar con Ford para desarrollar nuestro plan de sostenibilidad del agave”, afirma Sonia Espínola, directora de la Fundación Cuervo y maestra tequilera. “Como marca de tequila más vendida del mundo, nunca habríamos imaginado que los centenares de plantas de agave que cultivábamos en nuestro pequeño negocio familiar acabarían convirtiéndose en millones. Esta colaboración une a dos grandes compañías para desarrollar materiales innovadores y respetuosos con el medioambiente”.

Como Ford Motor Company, José Cuervo es una empresa familiar. Fundada en 1795, lleva fabricando tequila durante más de 220 años con la misma experiencia, habilidad y recetas que han ido pasando de mano en mano a través de varias generaciones.

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La colaboración con José Cuervo es la más reciente de un enfoque innovador de Ford hacia la combinación entre producto y conciencia medioambiental a través del uso de biomateriales. Ford comenzó a investigar el uso de materiales sostenibles en 2000. En la actualidad, la compañía utiliza ocho materiales de base sostenibles, incluida la espuma de soja, el aceite de ricino, la paja del arroz, la fibra de kenaf, la celulosa, la madera, la fibra de coco y la cáscara de arroz.

Según el programa medioambiental de las Naciones Unidas, se producen 5.000 toneladas métricas de residuos de biomasa agrícola al año. Los derivados de la agricultura son abundantes y, a menudo, infrautilizados. Estos materiales son relativamente baratos y pueden ayudar a los fabricantes a compensar el uso de fibras de vidrio y talco con productos más ligeros y sostenibles.

“Hay aproximadamente 200 kilos de plástico en un coche estándar”, cuenta Mielewski. “Nuestro trabajo es encontrar el sitio correcto para un compuesto verde como este para ayudar a reducir nuestro impacto en el planeta. Es un trabajo del que estoy especialmente orgulloso, y podría tener un impacto más amplio en numerosas industrias”.

Fuente: Ford

Fotografías y vídeo: Ford

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