GUILLEM TACHÓ, UNO DE LOS DISEÑADORES DEL MICROCOCHE MANRESANO PTV, CUMPLIÓ UN SIGLO DE VIDA EL PASADO DÍA 13 DE MARZO.

Guillem Tachó, tío del presidente del Clàssic Motor Club del Bages, Antoni Tachó Figuerola, a sus 100 años, conserva una sosprendente memoria que le permite narrar las muchas peripecias que vivieron durante aquellos años.

A finales de los años cuarenta, los hermanos Antoni y Guillem Tachó regentaban un pequeño taller de reparación de vehículos en Manresa, además de dedicarse a la instalación de equipos de gasógeno tan en boga en aquellos años, e incluso a la fabricación de carburadores que comercializaban con su nombre. Su primera gesta en el mundo del automóvil fue la gestación y desarrollo de un elegante vehículo apodado “Ballena” por sus características líneas. Con unas medidas de3,90 mde largo y2,20 mde batalla y un peso de660 kg, recibió la matrícula B-80347 y participó en varias carreras comarcales. En su primera versión tenía tres ruedas, y posteriormente pasó a cuatro. El motor iba montado en la parte de atrás, y era un bicilíndrico bóxer de dos tiempos y 648 cc refrigerado por aire y alimentado por doble carburador que rendía 18 CV a 4.000 rpm.

Posteriormente los hermanos Tachó desarrollaron un cochecito no tan sofisticado como el anterior, dotado de un motor monocilíndrico de 247 cc de 13 CV con 3 velocidades y marcha atrás, de líneas menos agraciadas, y que se bautizó como “Coca” (quizás por su parecido con una torta típica de ciertas zonas de Aragón y Cataluña). Este cochecillo, con matrícula B-86282, participó también en numerosas pruebas comarcales y fue el embrión de los famosos PTV 250.

Cuando, en 1956, los hermanos Antoni y Guillem Tachó, junto con Josep Vila y Maurici Perramon, se asociaron con el objetivo de producir un nuevo automóvil bajo la marca AUSA (Automóviles Utilitarios, S. A.), nada les hacía pensar que años después la firma se convertiría en uno de los fabricantes mundiales de referencia en vehículos industriales.

El PTV250 (sigla de Perramón, Tachó y Vila), fabricado en Manresa, tuvo su momento de gloria durante un breve periodo de tiempo: hasta que la aparición del Seat 600 truncó las expectativas de la compañía. Así, en 1961, tras fabricar 1.100 unidades de este pequeño automóvil, cesó su producción. Pero, a diferencia de otras firmas del ramo que apostaron por los microcoches de pequeña cilindrada, AUSA prefirió reinventarse a desaparecer y dio un giro estratégico de 360 grados a su enfoque empresarial. Fue entonces cuando diseñó y fabricó un dúmper para las obras que cambiaría el destino de la empresa. Guillem Tachó fue uno de los artífices de esta espectacular transformación.

Otro de los socios de aquel proyecto, el empresario manresano Maurici Perramon, pieza clave por su impulso y entusiasmo, sigue actualmente vinculado a AUSA como presidente honorario de la compañía y asesor del consejo de dirección.

Desde estas líneas le deseamos ¡muchas felicidades!

 

Texto: Joan Rossinyol

Foto: AUSA

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