- EL PASADO 17 DE MAYO FALLECÍA “YONCHU” UGARTE, UNO DE LOS EMPRESARIOS VALENCIANOS MÁS DESTACADOS EN EL MUNDO DEL MOTOR
- VINCULADO A LA MARCA CITROËN DESDE SU IMPLANTACIÓN EN ESPAÑA, CON LOS AÑOS SE CONVIRTIÓ EN UN REFERENTE EN EL SECTOR DE LA DISTRIBUCIÓN DE AUTOMÓVILES, CON LA FUNDACIÓN DEL GRUPO UGARTE
- DESDE CLÁSICOS AL VOLANTE QUEREMOS RENDIRLE UN PEQUEÑO HOMENAJE REPASANDO SU TRAYECTORIAL PERSONAL Y PROFESIONAL
22 de mayo de 2014.- La familia paterna de José María Ugarte Tormo, “Yonchu” (1936-2014, casado, seis hijos) procedía de Vizcaya. Sus abuelos, Andrés Ugarte Goicuría y Rosa Ituarte Zubizarreta, se instalaron en el Puerto de Sagunto procedentes de Vizcaya, acompañados por sus hijos, en 1909. La razón de la su presencia en la costa levantina fue la preparación de la Exposición Regional Valenciana de 1909. Su abuelo tenía intereses en negocios que suministraban la impedimenta (carbón) a los barcos que transportaban hierro y se estableció en Sagunto percatándose del potencial de su puerto: en 1917 se instalaron los Altos Hornos, coincidiendo con la construcción de las líneas ferroviarias que bajaban el carbón desde las cuencas mineras más próximas, como las turolenses de Ojos Negros.
La familia Ugarte-Ituarte, pocos años después de llegar a la localidad valenciana, se instaló en la conocida como “casa de las Siete Puertas”, sede del negocio familiar dedicado al comercio de ultramarinos, aprovisionamiento de buques, etc. Su abuelo Andrés, durante 16 años también fue apoderado de la primera oficina del Banco de Bilbao instalada en el Puerto de Sagunto.
Andrés Ugarte Ituarte, el emprendedor
Su padre, Andrés Ugarte Ituarte, ya establecido en el Puerto de Sagunto conoció a su madre. Su abuelo materno, era oriundo de Cartagena, donde era tornero y vino a trabajar al Puerto de Sagunto atraído por la demanda de mano de obra especializada que se demandaba. De este modo se establecieron los Ugarte y los Tormo en la provincia de Valencia.
Posteriormente, su padre se hizo representante de aceite lubrificantes, llegando a crear una marca propia, a la que llamó UGOIL, que importaba aceite desde Pensilvania (EE.UU), para lo cual había formado una joint venture con una empresa que le concedió una concesión; la explotación de esta marca duró hasta que el gobierno creó Campsa en 1927, monopolizando a partir de entonces la explotación y comercialización del petróleo y sus derivados.
El espíritu emprendedor de su Andrés Ugarte le llevó a montar en Calle Colón de Valencia, en una planta baja, una tienda para vender herramientas. Por entonces, el Gobierno para ayudar a los naranjeros en la exportación concedía a los naranjeros divisas, con las que podían importar lo que quisiesen; su padre, viendo la oportunidad de negocio que ello suponía se dedicó a comprarles a los naranjeros sus divisas, empleándolas para comprar en Francia automóviles Renault y Citroën que importaba a España; por esta razón, todos los Citroën 11 ligero y 15 que hay en España los importó su padre obteniendo importantes beneficios con ello.
También explotó salas de cine, un negocio boyante porque durante los fines de semana las salas, con mucho aforo, reventaban de público que acudían a disfrutar del último avance del ocio de masas.
Los principios de Ugarte, S. A.
A resultas de esas importaciones masivas, cuando Renault y Citroën se establecieron en España llamaron a su padre Andrés para preguntarle si le interesaría ser su concesionario en Valencia. Escogió a Citroën y empezó con ellos una relación que se prolonga hasta la actualidad. El negoció empezó a funcionar y Citroën, que como Yonchu remarca “mandaban mucho”, exigió unas montar unas instalaciones ad hoc, contratar vendedores, etc. a lo que su padre se negó planteándose abandonar el negocio. Esto le llevó a Yonchu, con 24 años, a discutir con él; tras la discusión le convencieron para constituir una sociedad familiar, en la que él participaría con sus hermanas, sin que su padre mandara nada aunque, como recuerda Yonchu “iba mucho por allí”. La nueva sociedad se llamó Ugarte, S. A. y se instaló en 1965 en la Calle Tomás de Montaña de Valencia, donde sigue en la actualidad.
Yonchu empezó muy joven en el negocio; tenía un despachito en un altillo y recuerda que muchas visitas preguntaban por el Señor Ugarte, y al pasárselo al despachito y verle tan joven le decían “chaval, que lo que queremos es hablar con su padre”, a lo que él les respondía “el sr. Ugarte soy yo, yo soy mi padre”. ¡Le pasó muchas veces!.
Puede decirse que en la trayectoria del Grupo Ugarte este momento, esta discusión familiar, fue decisiva. Ugarte tuvo el convencimiento de que era un buen negocio, porque se veía que el automóvil tiraba, que se construía una fábrica, que había producción, que el país se movía.
Estos años coincidieron con la consolidación de Citroën en España: en 1957 se constituyó Citroën Hispania S. A. y en 1958 se puso la primera piedra de la planta de Balaídos (Vigo), operativa desde 1959. Esto conllevó la exigencia de contratar vendedores, montar las instalaciones, crear una red comercial, etc.
Yonchu explica que se daba la paradoja de que cuando Citroën empezó su andadura en España tenía problemas para importar piezas y recambios para los modelos 11, 15 y 2 CV que, por entonces, se comercializaban; su padre, como tenía las divisas que compraba a los naranjeros, las utilizaba para comprar en París esas piezas para revendérselas a la propia Citroën! El Citroën GS, se fabricaba en uno terreno franco, porque al no llegar a un mínimo número de piezas nacionales se exportaba a Holanda, desde donde se volvía a exportar a España.
Sobre los coches que, por entonces, se comercializaba, Yonchu destaca que durante los primeros años vendió unos 100 coches al año; posteriormente, cuando el negoció empezó a arrancar se vendían entre 30 y 400 coches, principalmente del modelo 2CV…. Lo compraba todo el mundo, cuando llegaban solían estar ya asignado, las furgonetas fueron un éxito, dada su gran aceptación por los industriales, jugaron un papel tremendo entre los pequeños comerciantes, agricultores, etc….. A los médicos rurales se les daba un trato preferente, para evitarles las colas que tenía que hacer todo el mundo, al considerarse que para ellos era prioritario.…. El 2 CV tenía a finales de los años 50 del siglo pasado un precio de venta al público de unas 70.000 pts. Las tácticas comerciales empleadas en aquellos años eran novedosas: recuerda que para presentar los GS se hacía espectáculos en plazas de toros pequeñas, fuera de las cuales esperaban los coches metidos dentro de cajones cerrados, para evitar que nadie los viera; a una señal de los que se habían puesto en las partes más altas se abrían y se metían dentro donde salían para el deleite del público…. Del GS no tiene un buen recuerdo; a los de la Citroën, cuando le preguntaba cómo les iba con él les respondía “que era malo de cojones” y que “cuantos más vendamos, peor, porque es más malo que la tiña!”
Consolidación de la relación con Citroën
Los años transcurridos desde la fundación de Ugarte, S. A. y su buen hacer empresarial, hicieron que Yonchu consolidara su relación personal y profesional con los responsables de Citroën en España; entre estos, destaca la amistad que tenía con Pedro Zamora, entonces Director Regional de Citroën; recuerda que en los años 80 este le planteó si en seis meses montaría una concesión en Alicante, dado que la existente había renunciado a la misma. La respuesta fue que sí, naciendo Cytra, concesionario de Citroën en Alicante. La historia del nombre es curiosa, porque a Ugarte le gustaba mucho el nombre Citra, que coincidía con el de la célebre escudería alicantina; al no obtener permiso para utilizarlo (aunque se trataba de actividades completamente diferentes), por parte de Jorge Olcina, responsable de la misma, se optó por cambiar utilizar una “y” en lugar de la “i”.
Ugarte destaca que la relación de confianza con Citroën ha existido siempre, porque ha sido pionero. Recuerda que “en España ahora quedarán cinco o seis concesionarios, no digo de mi época, pero empresas quedarán cinco o seis de mi época, las otras se han ido a hacer puñetas todas… La relación de confianza ya existía entonces”.
La expansión con otra marcas
Su gran expansión en Valencia fue la exposición que se instaló en la Calle Colón; Yonchu también recuerda que tuvieron una sala de ventas en una zona privilegiada de Valencia, en la Plaza de Alfonso El Magnánimo: a pesar de la excelente ubicación, se fueron de este local al no poder rechazar las ofertas que les iba realizando un banco vecino, que necesitaba urgentemente ampliar sus instalaciones para evitar el traslado a otro sitio. Yonchu nos explica que le hicieron tan buena oferta que no pudieron resistirse. Como él mismo recuerda “salí del notario con una buena cantidad de dinero, pero con una sensación agridulce, de que nos habían han tirado de nuestra casa…”
Posteriormente, montaron un concesionario en Huelva, que se llamó Hucar. Por entonces Huelva era un erial, un pueblecito, no había nada. A la pregunta de cómo de dirigía un negocio en Huelva desde Valencia nos explica que fue fácil: Conoció a José Luis de Diego, quien con 25 años recorría España contratado por Citroën mostrando el Dyane 6. La relación continuó cuando José Luis vino a Valencia como Delegado, cargo que ocupó muchos años. Durante esta etapa hicieron una gran amistad de modo que Ugarte le propuso montar el Huelva el negocio. Y funcionó, porque José Luis es una persona trabajadora, seria, con conocimientos y honrada. Por ello, Yonchu nos dice “Y ya está, tan sencillo como eso. Yo a Huelva sólo iba de vez en cuando. Era bueno”.
La siguiente ampliación con Citroën la hicieron sus sobrinos Miguel y Santiago en Elda y en Cádiz. Años más tarde, surgió la oportunidad de vincularse con Honda, inaugurando un concesionario que se llamaría Hugar en la Av. del Cid de Valencia; tras este, llegó la marca Volvo, con el concesionario Konsul Auto; de esta marca recuerda “que era una marca que va, que va, ….. pero que no iba nunca. Por eso la quitamos”. También representaron Peugeot, a través de Starter, concesionario que tuvo agencias en Sueca, y Villarreal, y que con los años también lo eliminaron.
También se vincularon con la marca Suzuki en Ugartesa, instalada en la Calle Linares, aunque al principio compartió instalaciones con Ugartesa, para ayudar a las ventas. También se cerró.
En tiempos más recientes la expansión ha continuado: se vincularon con Opel en Valencia, en Alcira y en Gandía; Juan María está orgulloso porque, según nos explica, “hemos entrado en Opel hace cuatro días, y somos los que más vendemos de España”. Con Skoda, tienen la exclusiva en Valencia y en Alicante; han vuelto con Suzuki; han abierto una concesión Ford en Elda, de SEAT en Cádiz y de Peugeot en Huelva.
Mención especial merece la concesión de BMW, Engasa, fundada hace 20 años de la mano de Enrique García Monedero, empresario al que conocía de sus años de competición. La vinculación con la firma bávara ha continuado con la apertura de un nuevo concesionario de BMW en Valencia: Turival.
El equipo
Yonchu deja claro que aunque siempre dice “yo, yo y yo”, toda la vida ha tenido un concepto de empresa desde que empezó con ella a los 24 años: “para mí ha sido la ilusión, la base, el esfuerzo, desde siempre. Sin todos los colaboradores que he tenido en esta vida, buenos, malos y regulares, yo no habría hecho absolutamente nada, pero absolutamente nada”. Se enorgullece del espíritu de empresa que tienen “la gente trabaja a gusto en la empresa porque el trato está muy interrelacionado, todo el mundo sabe de todo y de todos, se le da información de la empresa a todo el mundo, (….) y, sin querer, forman parte de la familia”.
Yonchu destaca la cantidad de empleados jubilados de la época que acudieron al entierro de Pepe Gómez, el que fue gerente de la concesión de la Calle Tomás de Montañana, lo cual dice mucho de la empresa. Le dio mucho gozo verlos allí. Fue como su padre, su mano derecha, de todo…
La entrada de sus sobrinos en la empresa
A los 47 años, en 1987 Yonchu sufrió un infarto, y a partir de ese momento empezó a mirar la vida de otra manera, empezó a relajarse… Le ayudó muchísimo todo el equipo que tenía y el concepto de empresa que existía allí. A los pocos años se incorporó al equipo su sobrino Miguel Peraita. Para Yonchu “Miguel es un monstruo”. Con el tiempo también se trajeron a Santiago, quien estaba trabajando en una consultora. Según cuenta Yonchu “los dos hacen un buen tándem; Miguel es más impulsivo, como yo, Santi es lo contrario, ¡han hecho un equipo impresionante!” Sobre la crisis, Yonchu remarca que “tuvieron la gran suerte de que cuando apareció esta crisis nos pillaron fuertes y reaccionaron muy rápido y han ido acoplándose a cada día, que es lo que hay que hacer…. Si dices “vamos a ver lo que va a pasar” te coge el toro. Y estos lo han hecho perfecto”.
El soporte logístico de los concesionarios del Grupo Ugarte se encuentra en Valencia, donde centraliza todos los recambios de todas las marcas de Valencia y la mayor parte de las representadas en Alicante: como explica orgulloso Yonchu “en la inmensa nave, como si fuera fábrica de expender, continuamente entran y salen camiones, y furgonetas de reparto para viajar por todas la provincias… Allí están todas las piezas que uno se pueda imaginar”.
Preguntado si su coche fue el GS nos dice que no, que “su” coche es el 2CV, ha hecho infinidad de kilómetros con ellos. Por eso, el último que se fabricó en España se lo hizo mandar, y lo tiene sin estrenar, levantado sobre tacos.
Faceta deportiva
Los años que dedicó Yonchu a la competición fueron muy bonitos e intensos, habiendo disputado más de 200 pruebas deportivas, internacionales, nacionales y locales; con un Austin Sprite y un Mini, entre 1959 y 1964, participó en todos los Rallyes y Subidas en cuesta que se organizaban en las provincias del Levante. Mención especial merece el Rallye Internacional de Alicante, al ser una de las primeras pruebas en las que participó con el Austin y por haber quedado, al volante de un Mini Cooper, en otra edición entre los primeros 12 clasificados, siendo el mejor piloto de la Región de Levante. Logró alguna victoria y excelentes clasificaciones.
También corrió una temporada con un Seat 850 Coupé, Grupo 1. Según explica Yonchu, conoció a un grupo de amigos que frecuentaban el Real Automóvil Club de Valencia y que competían con este modelo de SEAT, prácticamente sin preparación: les oía discutir y retarse, de modo que le picó el gusanillo. Por ello, le compró uno a su mujer, que lo gastaba de diario y él el fin de semana, de modo que ella le veía pegándose bofetadas con todos estos…. De esta manera luchó compitió con Máximo Caturla, Santiago Martínez, “Miti”, Roberto Monzón, Alfonso Fina, Jesús Barrachina, Amadeo Arnal, etc..
Yonchu también hizo una pequeña incursión en la Copa Renault R8 TS, pero sus obligaciones profesionales, le impidieron desplazarse demasiado, por lo que abandonó a mitad de temporada. También en Rallyes, pese a su poco tiempo libre, consiguió muchas victorias, tanto en Levante como en algunas pruebas nacionales, con un R8 Gordini Grupo 1, “sin duda lo mejor y más difícil de conducir de la época”, como manifiestan los conocedores del tema.
Posteriormente, adquirió de Hispakart, uno de los mejores preparadores nacionales un Mini Cooper, con el que logró en 1971 el Título de Campeón de Levante de Rallyes, así como el de Montaña (siendo el único piloto valenciano que ha logrado ambos títulos en una misma temporada). Por este motivo, Yonchu fue designado como mejor deportista del año en la Región de Valencia. Había carreras todo el año, siendo la última la subida del Garbí. Los sábados, desde el sábado tarde-noche hasta el domingo mañana, o corría o entrenaba. Todo era correr. Yonchu remarca “lo pasé muy bien”.
Con los años, sus múltiples obligaciones empresariales y profesionales le obligaron a dejar el automovilismo, con el que desde siempre ha estado ligado desde cerca, eso sí con, su primero novia y luego esposa, Piluca a su lado.
La historia de su Mini Cooper
En un viaje que hizo a Madrid para participar en una carrera por regiones con el SEAT 850 se quedó tirado al romperse el cable del acelerador. Por este motivo, se quedó viendo una carrera donde corrían Porsche, Minis, Alpines…. La sorpresa vino cuando un Mini quedó detrás del primer Porsche. Interesado en este coche, averiguó quien era el dueño, Alfonso Domínguez. Una vez que contactó con él, le planteó si lo vendía y le dijo que sí. Esa tarde le citó en su casa, en Puerta de Hierro. Allí, apalabraron la venta del coche, acordando que ya se lo pagaría. Total, que descargaron el coche de la plataforma y tal cual había competido, se lo llevó rodando a Valencia. Después de varios intentos de pagarle, al final su propietario le reconoció a Yonchu que el coche no tenía documentación, con lo cual este decidió devolvérselo en un camión que mandó otra vez allí. Se fue a Vicente Gimeno, hermano de su cuñado Juan Gimeno, y le dijo que quería comprar uno; este le dijo que podía aprovecharse de un descuento que estaban haciendo para los que aportaban una licencia; le pareció bien, pero con la condición de que se quedase con las piezas del motor que sobraran (la mitad del motor); y Jornali le hizo el coche. Y con ese es el que corría.
Pop-Cross
En 1974 Citroën puso en marcha el Pop-Cross, un campeonato reservado a los Citroën 2 CV y sus derivados, que se corría por toda España sobre circuitos exclusivamente de tierra . En Valencia se formó un equipo encabezado por el mismo ‘Yonchu’ Ugarte y por otros pilotos valencianos como J.I.Andrés, L. I. Valiente, Juan Signes, etc.. Este equipo fue el mejor del panorama nacional con muchas victorias y excelentes clasificaciones durante dos temporadas completas.
“¡Era muy divertido” rememora Yonchu. Los coches no se podían trucar, aunque iban despojados de cristales y de todo lo innecesario, aunque no de barras antivuelco. No había riesgo porque no pasaban de 70 km/h. Se empezó corriendo en el cauce del Turia, y posteriormente se habilitó un circuito, en lo que hoy es la Avenida de las Cortes Valencianas, acondicionado por la marca tras pedirle a Ugarte que localizar un solar que reuniera las condiciones. Según Ugarte “Te iban sacudiendo, si se trazaba te echaban, había que ir siempre recortando… si dejabas una ventana abierta, eras hombre muerto!”. Con el tiempo, dejó de practicar este deporte, porque era muy inquieto…
La familia
La historia de Yonchu no puede explicarse sin su familia, comenzando con su mujer Pilar Llobet, Piluca, fiel compañera durante todas las etapas de su intensa vida, tanto en la empresarial como en la deportiva. Con ella ha compartido la afición hacia las motos, han recorrido toda Europa y España con sus motos BMW (ha tenido 17); Yonchu rememora los viajes que realizaba por motivo de trabajo a Madrid en moto, en los que ella lo acompañaba en muchas ocasiones; también iban con la moto a convenciones que organizaba Citroën por toda España. Yonchu se define como “un loco de las motos” y explica con añoranza que “¡con doce años ya tenía una Montesa!”.
Su mujer Piluca también le acompañó en su aventura aeronáutica cuando decidió sacarse la licencia de piloto tras picarle el gusanillo de pilotar avionetas, influenciado por un amigo que tenía una. Cuando se lo comentó a su mujer, esta le replicó que si él se sacaba la licencia, ella también. Así, a los cuatro meses ambos tenían la licencia, y poco después una avioneta que había comprado. La tuvo tres o cuatro años, y luego la reemplazó por otra de dos motores, que le hizo mucho papel para ir a Ibiza, Alicante o Huelva para visitar las concesiones, mal comunicadas por carretera con Valencia.
Ya jubilado, en Moraira donde pasa la mitad del año, se compró un barco de vela de 15 metros, aunque con un motor auxiliar. ¡Ahora es marino! Sale solo porque su mujer Piluca no le acompaña.
Parte importante en su vida son sus seis hijos, Pilar, Juan María, Marta, Elena, Andrés y Manuel, brillantes profesionales aunque no vinculados con el mundo del automóvil.
Más información:
Se agradece la colaboración prestada por Las Provincias para la elaboración de este reportaje. El mismo se elaboró aprovechando la entrevista concedida al citado periódico por «Yonchu» Ugarte con motivo de la conmemoración de sus 50 Años de actividad profesional.
Texto: Juan Inigo Ros
Fotografías:Las Provincias/Juan J. Monzó/Familia Ugarte/Felipe Cucciardi