MUSEO DE LA MOTO DE BARCELONA

130 MOTOS Y MÁS DE 150 PERSONAS COMPLETARON UN RECORRIDO DE 60 KM POR TRAMOS URBANOS Y CARRETERAS SECUNDARIAS DE SANT CUGAT Y CERDANYOLA

Barcelona, 5 de Junio de 2015.- El pasado sábado 30 de Mayo el Museo de la Moto de Barcelona organizó su rally urbano, no competitivo, para motocicletas históricas anteriores a 1986. Con salida y llegada desde el centro comercial l’Illa Diagonal, ofreció la posibilidad de ver circular por la ciudad auténticas piezas de coleccionista.

En esta cuarta edición, participaron un total de 130 motos y más de 150 personas, que completaron un recorrido de 60 km por tramos urbanos pero también por carreteras secundarias de Sant Cugat y Cerdanyola, recuperando las míticas subidas en cuesta de Vallvidrera, Rabassada y Flor de Maig.

Gran variedad de modelos de todos los estilos y épocas deslumbraron por las calles de Barcelona ante las miradas curiosas de los viandantes. Como siempre, las marcas más destacadas fueron las nacionales Montesa,  Bultaco y OSSA, con presencia incluso de algunos modelos de fuera de carretera.  No faltaron las míticas Vespa ni las BMW de gran cilindrada, que contrastaron con algunos valientes que se atrevieron con ciclomotores Derbi, Torrot o Mobylette.

MUSEO DE LA MOTO DE BARCELONA

El jurado especializado, presidido por Estanislao Soler (presidente de la Fundación Museu Moto Mario Soler), otorgó como cada año los diferentes premios:

  • El piloto más veterano fue Oriol Puig Bultó, que a sus casi 80 años de edad, completó sin problema el recorrido a los mandos de una Bultaco 155 de 1960. En relación al premio a la motocicleta más antigua se produjo un empate entre Jordi Rifà, con una Alcyon del año 1928, y Artur Bujaldón, con La Mondiale del mismo año.
  • Mario Gran y su Ducati 125 TS de 1964 consiguieron el premio a mejor moto en estado original y el Club más numeroso fue el Club Sanglas Catalunya que aportó a la concentración un total de 8 motocicletas.
  • Entre el grupo de premios especiales, se adjudicó el de marca catalana a la Sanglas 500 S de 1977 pilotada por Diego Tamay; el de mejor scooter a la impecable Vespa de Joan Llibre de 1954 y  el de sidecar, a Albert Vilet y su familia que participaron al completo con una Vespa S de 1963. Finalmente, un asiduo de la prueba, Ferran Torres, consiguió con su BMW R100RS del 1979 el premio especial IV Motoclàssica Barcelona.

El buen tiempo que acompañó a lo largo de toda la jornada, contribuyó a que una gran afluencia de público disfrutara de la exposición de motocicletas que  los participantes configuraron en l’Illa Diagonal, donde se organizaron también talleres infantiles para toda la familia. Todas las imágenes de la IV edición de Motoclàssica Barcelona ya están disponibles en este enlace.

Texto y fotografías: Museo de la Moto Mario Soler

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