DESDE LOS AÑOS 50, CUANDO BMW FABRICABA LOS 501, HASTA LA ACTUALIDAD CON SUS HEREDEROS DE LA SERIE 7, LA FIRMA BÁVARA HA DEMOSTRADO QUE SE PUEDE COMBINAR UN DISCRETO LUJO CON EL PLACER DE CONDUCIR
11 de agosto de 2016.- Todos los aficionados tenemos muy claro lo que BMW representa para nosotros (y más si son propietarios de algún modelo de la marca): imagen de marca, soberbio diseño de motores y bastidores, altas prestaciones, acabados de gran nivel, etc, etc.
Una cosa que muchas veces nos pasan desapercibidos son los acabados que nos encontraremos en los interiores; los ojos se nos van a los relojes de la instrumentación, a lo volantes, al espíritu deportivo que cada propietario le habrá impreso a su coche gracias al extenso surtido de elementos opcionales; detrás de los mismos podemos encontrar materiales nobles, que hacen las delicias de todos los sentidos: pieles de la más alta calidad, diferentes tipos de maderas, moquetas de diferentes materiales y calidades, materiales futuristas como la fibra de carbono o el aluminio, etc.
La máxima manifestación de la atención que BMW presta a sus habitáculos se encuentra en la conocida Serie 7, máxima manifestación del saber hacer de la firma bávara en la fabricación de berlinas de cuatro puertas y tres volúmenes perfectamente diferenciados. Para encontrar los orígenes de esta particular gama tenemos que remontarnos hasta los convulsos años 50, durante los cuales la marca se jugó su futuro y subsistencia con la fabricación de los exóticos (y bárrocos) modelos 501 (fotografía de cabecera), 502 (fotografía superior) y 503, impulsados por modernos motores de ocho cilindros en v. Por la calidad de sus acabados, con profusión de apliques de madera y lujosos guarnecidos, fueron dignos rivales de la serie 300 de Mercedes-Benz, apodados como Adenauer al ser el vehículo oficial usado por este dignatario de la República Federal Alemana (RFA).
Los años 60 vieron el renacer de la marca, de la mano de la “Nueva Clase”; dentro de la misma los modelos de la clase e3 (fotografía superior, BMW 2800) fueron objeto de deseo por parte de los compradores alemanes y europeos que podían adquirirlos; en España su presencia fue testimonial, salvo en Ceuta, y las provincias insulares como Gran Canaria, Tenerife, etc. Estos modelos presentaban una decoración interior más sobria, con uso de materiales sintéticos en los tapizados, aunque la madera se seguía encontrando presente en el salpicadero y las gruesas moquetas de lana en el suelo.
Con un economía saneada, y con una imagen de marca cada vez más destacada, BMW empezó a plantarle cara a sus rivales naturales, especialmente Mercedes-Benz: la legendaria Clase S tenía que batirse con una elegante y poderosa Serie 7, duelo que se prolonga hasta la actualidad.
Desde los e23 de los años 70 en el catálogo de la Serie 7 se fueron sucediendo las exitosas series e32, e38, e65, f01, etc. hasta llegar a los actuales g02. Rasgos distintivos de estos buques insignia de la marca han sido la generosidad de los equipamientos, con una presentación tirando a austera aunque de gran calidad: la marca utilizó las mejores pieles de vacuno y de búfalo para los tapizados, maderas exóticas (como nogal, arce, caoba) para la marquetería interior (fotografía superior, 745i, e23), guarnecidos en los tejidos más elegantes, incluyendo las alfombrillas del piso y del maletero; también era normal encontrar equipos de climatización y refrigeración para las plazas traseras o bandejas empotradas en los respaldos de los asientos delanteros; los sofisticados equipos musicales y de entretenimiento han ido ganando protagonismo en los últimos años, permitiendo disfrutar de experiencias inéditas durante cualquier viaje. Podemos afirmar que el programa de personalización que ofrece BMW a través de sus paquetes de opciones es uno de los más completos del mercado, quedando pocos aspectos donde el propietario no pueda imprimir su sello personal en el vehículo.
Y todo ello, en dos tipos de carrocerías: Las de longitud normal y las alargadas que ofrecen mayor espacio para los ocupantes de las plazas traseras (fotografía superior, Serie L7 e38).
Tal vez durante algunos años los coches alemanes fueron excesivamente sobrios en su presentación interior, comparados con sus coetáneos ingleses, pero jugaba a su favor el amplio equipamiento disponible (fotografía superior, e65), muchas veces invisible hasta que hacía falta usarlo… (fotografía inferior, g02).
Estos vehículos, debido a su gran calidad de fabricación y su depurada ingeniería, siguen rodando prestando un gran servicio a sus propietarios. Como no hay nada eterno, es normal que se desgasten elementos más sometidos al roce diario, especialmente en el interior del vehículo: tapizados y alfombrillas suelen acusar el paso del tiempo; afortunadamente, la marca bávara puede proporcionar aquellos elementos que necesiten renovación, como las alfombrillas para coche BMW; por mi experiencia personal, el equipo proporcionado, ya sea por el Departamento de Clásicos de la firma (BMW Classic), o a través del servicio ordinario de recambios, no tiene nada que envidiar al suministrado como equipo de origen, ni por diseño ni por calidad de ejecución, que permiten un ajuste perfecto en nuestro coche. Disponer de este importante respaldo,que nos garantiza el poder disponer de la práctica totalidad de los repuestos que nos puedan hacer falta, supone un importante aliciente para disfrutar de estos grandes clásicos.
Por ello, los Serie 7 de BMW, en nuestra opinión, son coches muy apetecibles, incluso como coche de colección, que siempre nos harán quedar a un buen nivel frente a rivales tan importantes como los Mercedes-Benz de la Clase S, los Jaguar XJ (fotografía superior, Jaguar XJ6 4.2 Serie III Sovereign), o los Audi 200, o A8.
Aquellos lectores que estén interesados en profundizar en este bonito tema, tienen a su disposición en librerías especializadas las colecciones Brooklands Road Test Series y Performance Portfolio (fotografía superior), editadas por Brooklands Books, donde se recopilan las pruebas y comparativas de las principales marcas del mercado publicadas en revistas tan prestigiosas como What Car?, Fast Lane, Autocar, Motor Trend, Car and Driver, etc. He de reconocer que disfruto mucho leyendo estas añejas pruebas, y cotejando las opiniones de los probadores de hace 20 ó 30 años con las mías propias.
Cada marca imprime un carácter muy especial a sus coches, especialmente a los de este nivel, y; tras haber conducido unidades de las mejores marcas y gamas del mercado, BMW nos ha dejado un sabor de boca muy agradable; por eso, nuestro coche clásico casi perfecto es un ejemplar de la marca, en nuestro caso, un Serie 6, primo hermano de la Serie 7 de los años 80 que presume, pero en formato cupé, de las mismas virtudes que encontramos en las grandes berlinas.
Fuente: Juan Inigo Ros
Fotografías: BMW y Juan Inigo Ros