LINCOLN

  • CON EL LINCOLN CONTINENTAL COLLECTOR´S SERIES FORD FABRICÓ UNO DE LOS COCHES MÁS LUJOSOS DEL MUNDO
  • SU IMPRESIONANTE CARROCERÍA DE SEIS METROS DE LONGITUD ACOMODABA A CUATRO PASAJEROS EN UN AMBIENTE DIFÍCILMENTE SUPERADO POR LA COMPETENCIA EUROPEA
  • SU COMPLETÍSIMO EQUIPAMIENTO Y SU CARACTERÍSTICA ESTÉTICA TRES DÉCADAS DESPUÉS AÚN CAUSAN ASOMBRO

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Henry Leland (1843-1932) fundó en 1908 una fábrica en Detroit que suministraba motores para Oldsmobile. Poco tiempo después fundó una empresa que fabricaría automóviles completos, la Cadillac Motor Car Company. En 1909 el consorcio General Motors compró la Cadillac. De esta manera se convirtió en la marca emblemática de la GM en cuanto diseño, calidad e imagen.

En 1920 Leland, que había seguido trabajando para la General Motors, se estableció por su cuenta. Con el apoyo de su hijo Wilfred fundó una nueva marca:  la Lincoln Motor Co.  Dos años después, la difícil situación económica de la empresa forzó su venta a la Ford como única solución para evitar la quiebra. El impulsor de la operación fue Edsel Ford, tras lo cual fue nombrado Presidente de la compañía. Su intención fue añadir a la línea de productos Ford una gama de lujo, tal y como había hecho General Motors al adquirir la Cadillac. Con el Continental por fin se pudo fabricar un coche americano que pudiera mantener su valor frente a los estupendos turismos europeos.

En 1935 Edsel Ford creó bajo su supervisión un Departamento de Estilismo bajo la dirección de Eugène Grègoire. El resultado de la cooperación entre ambos fue el Continental. En  marzo de 1939 salió de la planta Lincoln el primer Continental: levantó tal expectación que Ford decidió iniciar su fabricación en serie.

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A inicios de los años cincuenta se creó en el seno de la Ford la División Continental: su objetivo era desarrollar el sucesor del mítico Continental de la preguerra.  En octubre de 1955 se presentó el Continental Mk II, dotado de una  carrocería de dos puertas, con una estética y un diseño completamente nuevos.  Desde 1958 la División Lincoln pasó a ser la responsable de la manufactura de los nuevos  Continental: Mk III (1958), Mk IV (1959) y Mk V (1960).

Desde  1961 la División  Lincoln tan solo fabricó el modelo Continental, modificado dos veces durante los años sucesivos; en 1969 empezó a venderse la tercera serie, y en 1972 la cuarta serie. En 1977 se presentó la quinta serie, a la que pertenece el modelo presentado, así como un nuevo modelo de clase media: el Versailles.

En 1979 la gama Continental, Serie V, comprendía carrocerías de dos y de cuatro puertas, diferenciadas por sus niveles de equipamiento.

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Las carrocerías de dos puertas, bautizadas como Mark V, podían corresponder a la series Collector´s Series, Cartier Edition, Bill Blass Edition, Pucci Edition, Givenchy Edition, Luxury Group Option, Continental Town Coupé ó Continental 2-Door Coupé.

Por su parte, las carrocerías de cuatro puertas podían agruparse en torno a las series Continental Collector´s Series, Continental Town Car, Williamsburg Town Car ó Continental 4-Door Sedan.

Historia del coche presentado

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El Lincoln Continental que les presentamos, cortesía de Autos Diamond, fue  encargado por la empresa “Dobbs Sales Co.”, gestionándose el pedido a través del concesionario ubicado en Vernon (Illinois) “W. G. Motors Inc.” Fue fabricado el 16 de septiembre de 1978 y tras ser transportado en tren desde la fábrica de Wixom fue entregado el 11 de octubre.

El vehículo escogido correspondió al modelo Continenal  de cuatro puertas en su versión Collector´s Series. De los colores exteriores disponibles, blanco y azul medianoche, se escogió el primero. Para tapizar los interiores se seleccionó un atractivo terciopelo de color azul medianoche.

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El precio del vehículo fue de 17.105 dólares, de los cuales 904 correspondían al equipamiento opcional elegido: termómetro exterior, techo solar y equipo de sonido dotado  de escáner. Al tratarse de la versión  Collector´s Series incluía de serie el completísimo equipamiento de los Continental al que se añadían, entre otros, exclusivos detalles como un reloj Cartier o un moderno equipo de música Stereo Quad 8.

Poco tiempo después el Lincoln pasó a manos de un coleccionista meticuloso que apenas rodó con él, hasta que en 2007 el vehículo llegó a Valencia. Con poco más de 3.600 millas recorridas su estado es perfecto, conservando toda la dotación original: herramientas y manuales y accesorios.

Impresiones de conducción

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El Lincoln Continental Collector´s Series, en su versión berlina, representaba la máxima expresión del lujo dentro del imperio Ford. Y eso se traducía en unos automóviles gigantescos, por lo menos para lo que era habitual en Europa: por esa razón el coche que voy a probar mide casi seis metros de largo y más de dos metros de ancho…. cotas impresionantes.

No sólo impresionan las dimensiones sino la propia presencia del automóvil: el diseño 53B, correspondiente al Continental, le otorga una fuerte personalidad. El frontal, presidido por una sobria calandra y flanqueado por cuatro focos redondos escondidos tras una trampilla, prolonga una carrocería ancha y baja en la que predominan los trazos rectos; el protagonismo de los laterales lo asumen las espectaculares llantas de aleación con forma de turbina.  Un gran voladizo trasero se prolonga hasta la parte trasera donde los pequeños pilotos colocados en las esquinas se comunican mediante un llamativo aplique de color rojo.

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Antes de iniciar la marcha me entretengo averiguando la utilidad ingente cantidad de mandos distribuidos a lo largo y ancho del habitáculo: elevalunas, espejos, luces, antena, asiento, equipo de música, escáner, termómetro, aire acondicionado, etc.

Cuando consigo familiarizarme con los principales órganos de gobierno  de la gran nave, reducidos al cambio automático, al mando de las luces y a un sencillísimo cuadro de mandos, emprendo la marcha.

Tras desbloquear el freno de mano, de pedal, cosa que ocurre automáticamente al  insertar una marcha, selecciono la posición D (Drive) del cambio automático. Tras apretar el acelerador, y tras un breve retardo, el majestuoso Continental se pone a rodar.

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Los testigos del cuadro de mandos, alojados en una capilla horizontal colocada frente a mi campo visual, me informan de la velocidad, marcha del cambio, capacidad del depósito de combustible así como del estado de las luces y testigos de avería. Compruebo que el espejo derecho es pequeño para cubrir la descomunal longitud del vehículo, compensado gracias al espejo interior del tipo panorámico.

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Los primeros metros callejeando por calles estrechas, llenas de coches en doble fila y alguna furgoneta, son angustiosas ante la duda si conseguiré pasar sin problemas; igualmente los giros cerrados se complican, de modo que hay que prever con antelación las maniobras. Afortunadamente el eficaz cambio automático SelectShift, la suave dirección y los reglajes eléctricos de los retrovisores facilitan al máximo la conducción.

Una vez rodando por vías rápidas descubro que en lugar de circular dentro de un carril lo hago sobre las marcas que lo delimitan, o por lo menos esa es la sensación que se tiene. El inmenso morro, coronado por su característica estrella, me va precediendo, ante el asombro de los conductores que me preceden y de lo peatones a los que cedo el paso en los semáforos.

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Los frenos, de disco en las cuatro ruedas, cumplen bien su cometido y me permiten detener el gran Lincoln en distancias razonables. Para controlar su gran peso y sus correspondientes inercias se puede jugar con la primera o con las dos primeras marchas del eficaz cambio automático; éste se acciona mediante una palanca adosada a la caña de la dirección.

La suavidad de los mandos y la finura de funcionamiento del motor hacen que me sienta muy a gusto dentro del coche. El acogedor interior, con un bonito tapizado en terciopelo azul medianoche, y con numerosos apliques de madera en puertas y salpicadero, me hacen pensar que estoy en el cómodo  salón de un hotel de lujo.

Una vez que salgo a carretera abierta el Continental nos manifiesta su carácter: el motor de 6,6 litros de cilindrada y 166 caballos empuja con voluntad  para mover con holgura los más de 2.100 kgs. que pesa el vehículo en orden de marcha. Hasta 135 km/h las recuperaciones son razonables, pero a partir de esta velocidad el vehículo no se encuentra a gusto, no está pensado para practicar una conducción agresiva ni menos deportiva. De hecho, el velocímetro está calibrado hasta los 135 km/h, prueba de los tácitos límites de velocidad impuestos por la propia Ford.

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Las suspensiones, independientes las ruedas delanteras y confiadas a un eje rígido las traseras, son todo confort a velocidades de paseo, pero según se corre más el balanceo de la carrocería aconseja bajar la marcha. En rotondas y curvas cerradas se acusa mucho el cambio de apoyo entre las ruedas que quedan al exterior y las interiores, acompañado de un molesto chirrido de los neumáticos.

La dirección, gobernada por un estrecho volante de dos brazos, está muy asistida y tiene una gran desmultiplicación, aunque ofrece una buena lectura de lo que ocurre bajo las ruedas. El gran número de vueltas entre topes no aconseja practicar una conducción deportiva sino calmada y tranquila.

Respetando la filosofía del gran Continental, pensado para circular a velocidades legales o de paseo, es una delicia conducirlo o ir como pasajero: es cómodo, silencioso,  tiene un equipamiento sobresaliente y una fuerte personalidad.

Vida a bordo

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El Continental está diseñado y fabricado para mimar a sus ocupantes: la lista del equipamiento es larga e incluye elementos inéditos para el conductor europeo.

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Para empezar, la cerradura del conductor va dotada de una luz que permite introducir bien la llave cuando hay poca luz; los elevalunas de las cuatro puertas, sin marco, son eléctricos. Con un toque de la tecla se acciona el cristal triangular que permite que entre aire fresco por la ventanilla, y con otro toque el resto del cristal. Los espejos exteriores se accionan eléctricamente, estando equipado el del conductor con un termómetro que mide la temperatura ambiente.

El techo solar, accionado eléctricamente, es de cristal. Una tapa corrediza permite cuando está cerrado ocultarlo o descubrirlo para que entre la luz del sol.

El completo equipo de sonido Quadrasonic, además de incluir radio cassette, cuenta con un escáner con capacidad para captar cuarenta canales; la antena es accionada eléctricamente; un original reloj firmado por Cartier ofrece la hora desde el centro del salpicadero.

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El asiento del conductor es ajustable eléctricamente en seis posiciones; unos cojines incorporados a todos los asientos garantizan el máximo confort para sus ocupantes; tanto los asientos delanteros como los traseros cuentan con amplios reposabrazos abatibles; el tapizado interior del Continental, realizado en un terciopelo denominado Kasman II para los asientos y Harvard para el techo, es muy suave y contribuye a darle un toque de lujo especial.

Un completo equipo de luces interiores incrementa esta sensación al proporcionar una agradable iluminación interior: cuando se accionan las manecillas de las puertas se activan las luces interiores del coche; los espejos de vanidad colocados en los parasoles están iluminados; las grandes ventanillas, sin marco, hacen que el habitáculo sea muy luminoso.

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El maletero está completamente enmoquetado e incluye una completísima bolsa de herramientas forrada en lujosa piel; la rueda de recambio, de tamaño similar a las otras, queda oculta en un hueco previsto al efecto. Con una capacidad de 634 litros, y de unas formas muy regulares, ofrece capacidad de sobra para acoger los equipajes de sus afortunados ocupantes.

A pesar de los casi seis metros de longitud y más de dos metros de anchura el espacioso interior está pensado para albergar a cuatro ocupantes: el espacio del que disponen, tanto para las piernas, como para la cabeza es amplísimo.  Un quinto pasajero no irá incómodo, pero el sofá trasero está pensado para ofrecer dos plazas.

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Ficha técnica

Motor

Tipo: ciclo Otto, de cuatro tiempos.
Posición del motor: delantero longitudinal.
Número de cilindros: ocho en uve.
Cilindrada (cm3): 6.600
Relación de compresión: 8,0:1

  • Diámetro x carrera (mm.): 101,6 x 101,6
  • Distribución: árbol de levas central, válvulas en cabeza.
  • Potencia (cv/rpm): 166/3.800
  • Par (lb/ft): 319/1.800
  • Alimentación: Carburador Motorcraft de cuatro cuerpos.
  • Instalación eléctrica: de 12 voltios, con alternador y batería.

Carrocería

  • Tipo: berlina de acero de cuatro puertas.
  • Diseño: Propio.
  • Número de puertas/plazas: 4/5
  • Batalla (m.): 3,231
  • Longitud (m.): 5,918
  • Anchura (m.): 2,032
  • Altura (mm.): 1,402
  • Peso en orden de marcha (kg): 2.200
  • Peso total admisible (kg): 2.898
  • Neumáticos y llantas:  225 x 15, llantas de aleación.
  • Capacidad del depósito de combustible (litros): 69,3
  • Dirección: de tornillo y husillo, servoasistida.

Transmisión

  • Tracción: trasera.
  • Caja de cambios: automática de tres velocidades.
  • Embrague: convertidor hidráulico de par.

Suspensión

  • Delantera: independiente con amortiguador hidráulico y resorte helicoidal.
  • Trasera: eje rígido, con amortiguadores hidráulicos y resortes helicoidales.

Frenos

  • Ruedas delanteras: disco.
  • Ruedas traseras: disco.
  • Servofreno: sí.

Prestaciones

  • Velocidad máxima (km/h): 140
  • Consumo medio (litros/100 km): 20

Producción

  • Período de fabricación: 1977-1979
  • Unidades fabricadas: en 1978 se fabricaron un total de 67.110 unidades del Lincoln Continental sedan.
  • Precio (USD): 17.105

Se agradece a Autos Diamond su inestimable colaboración para la elaboración de este reportaje.

Texto: Juan Inigo Ros

Fotografías: Juan Inigo Ros y Raúl Sancho

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