SEGÚN UN ESTUDIO, FINANCIADO POR LA DIRECCIÓN GENERAL DE TRÁFICO DENTRO DE SU PLAN ANUAL DE INVESTIGACIÓN, LAS INSTITUCIONES EUROPEAS JUEGAN UN PAPEL DETERMINANTE EN LA DISMINUCIÓN DE LOS ACCIDENTES
18 de mayo de 2015.- Recientemente se han publicado dos trabajos de investigadores de las Universidades de Sevilla, Barcelona y Castilla-La-Mancha, uno de ellos financiado por la DGT, en los que indaga sobre si la pertenencia de un país a la Unión Europea (UE) puede salvar las vidas a sus ciudadanos. La conclusión es que los países que se incorporan a la UE reducen el nivel de siniestralidad en sus carreteras.
Estos trabajos, que publican las revistas de referencia internacional Journal of European Public Policy y Transport Policy, llegan a la conclusión de que las instituciones europeas han jugado un papel determinante en la reducción de la mortalidad en las carreteras.
Mediante la utilización de modelos econométricos, entre otros, los autores concluyen que dichos efectos positivos se producen tras la incorporación de los países en la Unión Europea y que, además, a diferencia de lo que ocurre con determinadas variables económicas, en este caso sí existe una convergencia efectiva de los diferentes países hacia las menores tasas de mortalidad de los socios del norte de Europa.
Los dos estudios del grupo de investigación Applied Economics & Management, con sede en la Universidad de Sevilla, evalúan el papel de la Unión Europea en la lucha contra la siniestralidad en las carreteras. Estos trabajos han sido desarrollados por los profesores José Ignacio Castillo y Mercedes Castro de la Universidad de Sevilla, Fageda Sanjuán de la Universidad de Barcelona y Pedregal Tercero de la Universidad de Castilla-La Mancha.
Según los resultados empíricos del primer trabajo Could being in the European Union save lives?, publicado en el Journal of European Public Policy, los países europeos, incluido España, tras ingresar en la Unión Europea experimentan una significativa reducción de la siniestralidad. En parte, explica el profesor José Ignacio Castillo, “como consecuencia de poder beneficiarse del impulso recibido por las instituciones europeas y de una transnacionalización o efecto imitación de políticas y buenas prácticas de los países con menores tasas de siniestralidad a aquellos con menos experiencia en la lucha contra esta lacra”.
En resumen, y según el profesor Castillo, “la UE pone a disposición de los países un amplio elenco de medios, programas, legislación, recomendaciones, recursos económicos destinados a investigación y mejoras de infraestructuras viarias, redes establecidas con organizaciones especializadas, recopilación y diseminación de buenas prácticas, entre otros muchos elementos”. Todo ello sin olvidar, añade la profesora Mercedes Castro, “acciones concretas como fue el compromiso de reducir la siniestralidad europea a la mitad para el año 2010, fijado en 2001 en el Libro Blanco de Política de Transporte”.
Según los resultados de su segundo trabajo, The trend towards convergence in road accident fatality rates publicado en Transport Policy y financiado por la Dirección General de Tráfico, este proceso de europeización va más allá de reducir la siniestralidad en los países que se incorporan a la Unión Europea puesto que se puede hablar de verdadera convergencia en las tasas de siniestralidad entre los países miembros. Este resultado es especialmente relevante si se tiene en cuenta que la literatura científica previa no ha conseguido evidenciar una verdadera convergencia entre los Estados europeos en las variables macroeconómicas.
En este caso, la investigadora Mercedes Castro señala que “la Unión Europea ha acercado países con altas tasas de siniestralidad en la carretera, antes de entrar a la misma, a países como Holanda, Reino Unido o Suecia que son líderes mundiales en este campo”. A pesar de que, como constatan los investigadores, los primeros, muchas veces, estaban lejos de los segundos no sólo geográficamente, sino también política, económica o culturalmente.
Concluye el profesor José Ignacio Castillo, “… la Unión Europea es algo más que una unión económica y monetaria, y sus beneficios reales y potenciales deben ir mucho más allá de la economía. En diferentes cuestiones sociales, como la prevención de la siniestralidad en la carretera, actúa como un centro de alto rendimiento deportivo, que permite que atletas jóvenes, con potencial pero con no demasiada experiencia, mejoren su progresión al trabajar con los mejores atletas internacionales de su disciplina”.
Para llevar a cabo estas investigaciones, los autores han trabajado tanto con modelos de datos de panel, como con los clásicos modelos de convergencia. También se ha incluido un amplio conjunto de variables explicativas para obtener el efecto neto de proceso de europeización. Concretamente se han recogido variables de control relacionadas con la actividad económica, población vulnerable, tasas de motorización, exposición al riesgo, densidad de autovías-autopista y otras relacionadas con el tipo de medidas de seguridad vial implementadas en el país (carnet de conducir por puntos, tasas de alcohol o límites de velocidad máximos permitidos).
ESPAÑA EN EL CONTEXTO EUROPEO
En 2014, España ha reducido sus cifras de fallecidos en accidente de tráfico, por décimo primer año consecutivo, en contraposición con países como Francia o Reino Unido, que en el mismo ejercicio han sufrido un aumento del 5 y 6% respectivamente.
Además, el descenso continuado de fallecidos en España que se viene registrando desde 2001 ha sido destacado en el último informe del European Transport Safety Council 8th PIN Report, de junio de 2014, en el que España junto con Eslovaquia, Letonia y Lituania son los cuatro únicos países europeos con reducciones de siniestralidad superiores al 63%.
España se sitúa en el quinto lugar del mundo de países con mejor seguridad vial, con 36 fallecidos por millón de habitantes tan solo por detrás de Suecia (28), Reino Unido (29), Dinamarca (32) y Países Bajos (34) frente a los 52 de media de la Unión Europea.
Texto y fotografías: DGT