HARLEY-DAVIDSON

  • EN LA NOVELA DE ARTURO BORJA LOS ENTUSIASTAS LA PROTAGONISTA ES UNA HARLEY-DAVIDSON 22FD
  • DE LA MANO DE SU AUTOR, VAMOS A CONOCER LA HISTORIA Y DETALLES TÉCNICOS MÁS DESTACADOS DE ESTA EXTRAORDINARIA HARLEY

La Harley-Davidson que nos conduce por la historia de Los entusiastas fue uno de los últimos modelos «entretubos» que fabricó la marca. Si bien su estética y técnica contaba ya con unos años de producción, el modelo había ido mejorando en prestaciones y acabados año tras año, hasta llegar a la Harley-Davidson 22 FD de nuestra novela.

La motocicleta era la síntesis de un modelo bastante conservador en lo referente a su base tecnológica, pero que a la vez incorporaba soluciones muy vanguardistas. Resulta curioso que hasta 1915 la firma designase sus modelos numerándolos ordinalmente, y a partir de entonces lo hiciera con un sistema de números y le-tras que mantendría hasta finales de los años sesenta. Las letras FD indican que su motor cubica 1200cc y que el encendido es por magneto, careciendo por lo tanto de alumbrado eléctrico.

En 1922, año de su lanzamiento, en Estados Unidos esta moto costaba 360 dólares, que se convertían puesta en España en alrededor de unas 7000 pesetas. Una fortuna en su época y un precio superior al de un Ford T, por ejemplo, un automóvil que podíamos entender por aquellas fechas, más o menos, como un utilitario.

Ignoro el número de unidades que de esta Harley llegarían a España, pero sí conozco la cifra de producción en el año de su lanzamiento: 909 unidades. Un da-to muy importante a tener en cuenta de su exclusividad. Además, durante aquellos años, el fabricante disponía de una amplia red de distribución mundial a través de sesenta y siete representantes autorizados. Por este motivo podemos asegurar que serían muy escasas las unidades que se vendiesen en España.

ARTURO BORJA

No es de extrañar que en el imaginario popular tengamos una visión de los primeros años del siglo pasado en blanco y negro, y si nos fijamos un poco más, en un tono sepia muy propio de las fotografías de la época.

Pues bien, si al pensar en nuestra moto mantenemos ese cliché, caeremos en un gran error. Las Harley-Davidson, desde sus orígenes, se caracterizaron por cuidar al máximo la calidad y el acabado; especialmente en lo referente a la pintura y los elementos niquelados. Por otro lado, el colorido era muy atrayente y estaba re-forzado con unas cenefas de fileteados en dos tonos complementarios al color base de la motocicleta, que rodeaban los laterales del depósito, la parte central de los guardabarros y algunas otras piezas.

El refinamiento de ciertos detalles llegaba al punto de que, por ejemplo, los cables Bowden del acelerador y mando de avance de la chispa estuviesen forrados de cuero cosido, mientras que en la misma época los de las motos fabricadas en Europa venían forrados de algodón o ce-luloide; y algunos, los más populares, sin forrar. El sillín, de la marca Mesinger, también era de cuero de la mejor calidad y estaba cosido a mano. Un sinfín de pequeños detalles, como engrasadores, tapones de los depósitos de combustible y aceite, palancas de mando, etcétera, eran tratados con recubrimiento de cobre y acabados con un generoso baño de níquel.

A pesar de que la moto carecía de suspensión posterior, por la robustez de su bastidor era capaz de circular por los más accidentados caminos. No obstante, actualmente su circulación sin sidecar resultaría temeraria, puesto que esa tercera rueda simplifica bastante su manejo.

La moto no dispone de freno más que en la rueda trasera, ya que, curiosamente, en aquellas fechas, para el fabricante era válida la creencia de lo peligroso que podía resultar un freno delantero.

La entrega de potencia del motor es bastante inmediata, más propia de una moto inglesa de los cincuenta, y puede llegar a alcanzar los 130 km/h. En consecuencia, su puede afirmar que a pesar de sus bondades, éstas pertenecen a otra época, y actualmente resultaría bastante peligroso circular con ella entre el tráfico moderno. No obstante, como en ningún momento me estoy refiriendo a una pieza de museo, la Harley de nuestro relato dispone de doble freno trasero, accesorio de la época que refuerza la eficacia de la frenada… hasta que se calienta.

Adquirida la soltura y dominio necesarios, se convierte en una motocicleta muy apropiada para eventos relacionados con la automoción de época. Con la seguridad de que el verla circular despertará los más dispares sentimientos.

Más información:

www.macadan.es/

Texto: © 2014 Arturo Borja

Ilustración: © 2014 Donn Thorson/Macadán Libros

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