- LA CITA ANUAL CON CLASSICAUTO MADRID VOLVIÓ AL PABELLÓN DE CRISTAL DE LA CASA DE CAMPO
- POR EL SALÓN PASARON MÁS DE 38.000 VISITANTES, CONSOLIDANDO A CLASSICAUTO COMO UNO DE LOS SALONES DE VEHÍCULOS HISTÓRICOS MÁS IMPORTANTES DE ESPAÑA
- MÁS DE 300 EXPOSITORES OFRECÍAN EN 20.000 METROS CUADRADOS UN AMPLIO SURTIDO DE VEHÍCULOS, RECAMBIOS, ACCESORIOS Y OBJETOS DE COLECCIÓN VINCULADOS CON EL MOTOR CLÁSICO
28 de febrero de 2o14.- Un año más, y ya van cinco, se ha celebrado el salón internacional del vehículo clásico de Madrid «ClassicAuto». En esta ocasión, la cita volvió al pabellón de cristal de la casa de campo, después de que el año pasado no se pudiese celebrar en él, al albergar las autoridades municipales ciertas dudas para garantizar la seguridad, después de los terribles acontecimientos ocurridos en el edificio vecino, el «Madrid Arena», en el célebre concierto que por desgracia todos recordamos.
En lo referente a asistencia, no se puede negar que fue un rotundo éxito, durante los tres días que duró el salón, se contabilizaron 38.000 visitantes; para los que se había preparado una superficie de 20.000 metros cuadrados con 300 expositores procedentes de 10 países.
En cuanto al volumen de negocio, la mayoría de los vendedores se quejaban de lo que cuesta en estos tiempos que corren, llegar a materializar una venta, ya sea de vehículos, recambios, libros, miniaturas, etc. Pero sin duda, movimiento de gente que preguntaba, tocaba, o simplemente iba de acá para allá mirando y fotografiando, se veía por todas partes, incluso a veces llegaba a ser agobiante. Con esto llegamos a una clara conclusión: el sector del vehículo clásico cada día despierta más interés, pero la situación económica no permite que en consecuencia se genere suficiente beneficio para contentar a los que pretenden vivir de ello. Aunque el presente no es bueno, el futuro es prometedor, se trata de aguantar un poco más, puesto que a no mucho tardar, llegarán tiempos mejores.
De lo que lo cabe duda es de que por parte de organizadores y expositores, hubo suficientes atractivos para que los visitantes salieran contentos y con ganas de volver el año que viene. Entre muchos reclamos, destacaron los siguientes:
Renault España, últimamente está prestando especial atención a sus clásicos, la marca ha estado presente de forma oficial en unos cuantos acontecimientos. En esta ocasión, celebraba el 50 cumplaños del modelo 4L, presente en la carpa donde se exponían algunos coches fabricados en nuestro país, como el Dauphine, R-7, R- 8 y R-12.
Seat no quiso perder esta oportunidad para celebrar el 30 aniversario del comienzo de la producción del Ibiza. En su stand estaba presente la unidad nº 1 del utilitario que salvó a la marca de la desaparición después de divorciarse de su filial italiana Fiat. A éste le acompañaban un ejemplar de cada una de las diferentes generaciones, así como dos representantes del mundo de la competición, el Bimotor Proto (es curioso ver en su zaga el anagrama 1.5 X 1.5) con el que José María Serviá disputó el campeonato de rallies de tierra en 1988 y el Kit Car campeón del mundo de marcas en la categoría 2 litros de 1996.
El «Club Nacional Seat 124, 1430 y 124 Sport» siempre presenta en esta feria alguna sorpresa especial, este año no podía ser más acertada, una maravillosa exposición de berlinas y familiares pertenecientes a distintos servicios públicos: un taxi de Barcelona, un vehículo de bomberos, una ambulancia, una «lechera» de la Policía Nacional, así como una unidad de la Guardia Civil de Tráfico y otra de la Policía Municipal de Madrid. Esta nostálgica muestra nos trajo muchas imágenes y recuerdos a todos aquellos que en su momento vimos a estos vehículos en acción.
Este año también cumple medio siglo el Simca 1000, por ello la Fundación Barreiros exhibía tres excelentes ejemplares del modelo producido en la factoría de Villaverde, entre ellos, el panorámico, ejemplar único, descapotado para que los fotógrafos pudiesen realizar su trabajo mientras acompañaban a las autoridades de visita por la fábrica, los cuales se desplazaban en un Dodge Dart con techo transparente.
En una esquina del pabellón, el «Club Citroen Traction Avant de Madrid» celebraba otro aniversario, los 80 años del modelo que les da nombre, para ello habían reunido una representativa muestra de siete vehículos, un primigenio Citroen 7 de 1934, cuatro 11 (entre ellos un precioso cabriolet de 1937) y dos 15 de 6 cilindros.
En el corralito de Teo Martín se lucían cuatro ejemplares de la época en la que Lancia fue la reina de los rallies, un Stratos de 1976, un 037 de 1984, un Delta S4 de 1986 y un Delta Integrale de 1992. No puede uno evitar mirar con cierta tristeza estos coches, sabiendo que el fabricante italiano va cesar su actividad.
En otra zona del piso de arriba del salón, se rendía homenaje a la figura de Ramón López Villalba, el fundador y alma mater de Hispakart, empresa dedicada a la construcción de karts y monoplazas, así como de preparación y mantenimiento de vehículos de competición. Se exhibían diferentes autos que han formado parte de la vida de este polifacético personaje: uno de sus primeros karts, un Fórmula IV, un Fórmula 1430, un Mini, un Chevron B8 GT, un TVR Griffith 400, un Porsche 928 y un 911 GT2.
En la zona de coches en venta, concretamente en el stand de Juan Lumbreras, destacaba con mayúsculas, negrita y entre comillas el Pegaso Z102 BS2E Berlineta Saoutchik 2ª Serie Especial de 1954, con una impecable restauración, este ejemplar estuvo durante los tres días de feria rodeado de aficionados que querían contemplar las originales formas dibujadas por el carrocero francés. Muy cerquita, entre los vehículos ofertados por Francisco Pueche, se podía ver otro Pegaso, bastante más discreto pero no menos atractivo, un Z102 Spider Enasa S-1 de 1952. Le acompañaban un Maserati Indy y un rarísimo AC Ace Bristol de 1957, el hermano mayor de los míticos Shelby Cobra.
Uno de los platos fuertes del fin de semana fue el concurso de elegancia convocado por el prestigioso fabricante suizo de relojes Frederic Constant, este año los participantes presentaban modelos Alfa Romeo Giulietta, Giulia y Alfetta. El ganador fue el Giulietta Spider de 1960 de José María Pueche. El galardón otorgado por el Club Alfa Romeo España se lo llevó un Giulietta Sprint Speciale de 1962 de Phillipe Paul Nicolas Sadrin y el Premio Especial del Jurado fue para un Giulia Sprint GT Veloce de Valeriano Delgado. Cabe destacar un Giulia GTC de color verde, un modelo dificilísimo de ver y con matrícula española.
Los amantes de las dos ruedas también tuvieron suficientes alicientes, además de las numerosas motos en venta, destacaba una exposición de auténticas joyas como una Indian Four de 1938, una Anzani Trasmoto de 1914, AJS de 1931, etc.
También pudimos encontrar una pequeña exposición muy especial, las únicas cinco Bultaco con motor MK15 que se llegaron a construir como prototipos y que no llegaron a la fabricación en serie.
Ya fuera del recinto, en uno de los aparcamientos, la organización habilitó un pequeño circuito de conos y unas gradas, donde celebró, por primera vez desde el nacimiento de ClassicAuto, un Motorshow. Constaba de dos tipos de prueba, una de regularidad y otra de velocidad, donde bastantes participantes hicieron vibrar a los espectadores que allí acudieron.
Una de las peculiaridades que tienen este tipo de eventos, es la buena costumbre de los aficionados a asistir con sus coches clásicos, para eso había reservada una zona de aparcamiento en la calle principal donde se encuentra el Palacio de cristal. Sería muy recomendable que los organizadores cuiden este apartado, pues el acceso a esta zona en las primeras horas del sábado y el domingo, se ralentizó en exceso, formando unas largas colas de coches, muchos de los cuales no aguantan precisamente bien estar una hora atascado con el motor en marcha. A los verdaderos aficionados, que además forman parten del show, hay que facilitarles las cosas, porque de lo contrario se puede acabar con uno de los principales atractivos de cualquier feria de clásicos.
Es un auténtico placer pasear por la calle mencionada y verla abarrotada de coches clásicos a ambos lados, de vez en cuando encontrábamos auténticas joyas o curiosas unidades que no estamos acostumbrados a ver en otras concentraciones, siempre teniendo en cuenta que estamos en Madrid, no en Pebble Beach ni en el Lago Como.
Más información:
Texto: Carlos Sanz Albarracín
Fotografías: Juan Inigo Ros y Anchoa Fotos
