- EL VOLKSWAGEN GOLF CABRIOLET MK I REÚNE MUCHAS CONDICIONES PARA SER CONSIDERADO UN CODICIADO VEHÍCULO DE COLECCIÓN
- DESTACADA CALIDAD DE FABRICACIÓN, MECÁNICAS FIABLES, VERSATILIDAD DE USO, DISEÑO ATRACTIVO Y PRECIOS DE ADQUISICIÓN MUY AJUSTADOS
- ¿A QUÉ ESPERAMOS PARA BUSCAR UNO Y DISFRUTAR DE TODO LO QUE OFRECE?
Valencia, 14 de marzo de 2015.- Clásicos al Volante, durante la pasada edición de Classics and Legends, festival dedicado al mundo de vehículo histórico organizado por el Circuit de la Comunitat Valenciana Ricardo Tormo, pudo disfrutar de un vehículo muy especial: un precioso Volkswagen Golf Cabriolet 1.8 de 1988. Durante este intenso fin de semana rodamos unos 160 kilómetros con esta unidad, perteneciente al club valenciano HortaClàssics.
Este mismo vehículo será sorteado entre los socios y amigos del club en la X Concentración Ciutat de Torrent que tendrá lugar el 22 de noviembre de 2015. Para ello, se ha puesto en marcha una campaña de promoción con el tema “Juega al Golf con HortaClàssics”que tiene al popular Cabriolet como protagonista.
Si bien el Golf no es un desconocido para nosotros, era la primera vez que probábamos la versión Cabriolet, y la verdad es que la experiencia nos ha gustado mucho. Para empezar, el Golf es una opción asequible para disfrutar a un costo razonable de todo un descapotable, avalado por la fiabilidad y robustez mecánica que caracteriza a la marca alemana. Además. Sus compactas dimensiones permiten utilizarlo para callejear sin problemas, y tiene un gran aplomo para realizar trayectos interurbanos sin mayores problemas; su capacidad interior es notable (es capaz de transportar a cuatro adultos con un confort razonable) y, encima, sus 27 años le permiten participar en cualquier concentración de vehículos clásicos sin desentonar; ¿qué más podemos pedir?
Historia del Golf Cabriolet
El 29 de marzo de 1974 en la fábrica de Volkswagen de Wolfsburg empezó a fabricarse el nuevo Golf, modelo que reemplazó al carismático Escarabajo, modelo del que se habían fabricado 21,5 millones de unidades. Frente a este modelo, impulsado por un motor refrigerado por aire instalado en la parte trasera del vehículo, el nuevo Golf montaría un motor colocado en posición delantera transversal que transmitiría la tracción a las ruedas delanteras.
La primera serie del Golf, diseñado por Giorgio Giugiaro, en estrecha colaboración con Volkswagen Design, levantó mucha expectación y se especuló mucho sobre si sería capaz de superar el éxito de modelo al que sucedía; su éxito no tardó en demostrar lo acertado de su planteamiento, y en octubre de 1976 salía de las cadenas de montaje del Golf el coche que hacía el primer millón fabricado.
Al modelo base le siguieron modelos especiales, que prácticamente inauguraron nuevos nichos de mercado, como las versiones GTI (1976), Diésel (1976), Cabriolet (1979), Turbodiésel (1982), etc.
La versión Cabriolet, se convirtió en el coche descapotable más vendido del mundo. De la primera serie, Mk. I, se vendieron cerca de 400.000 unidades.
La evolución del Golf continuó durante los años siguientes (fotografía de la izquierda), apareciendo la segunda generación en agosto de 1983: los nuevos modelos pasarían a equipar sistemas anti polución y de seguridad que con los años se harían habituales, como catalizador (1984), ABS (1986), servodirección para los modelos equipados con tracción Syncro (1986), etc.
Durante la fabricación de la segunda serie del Golf se siguió ofreciendo en la gama una versión Cabriolet, correspondiéndose a la carrocería de la serie I debidamente actualizada en materia de seguridad y equipamiento.
En 1991 apareció la tercera serie del Golf; la nueva gama recibió un cabrio completamente nuevo, aunque la versión vigente del Cabriolet Mk. I estuvo en producción hasta junio de 1993.
Equipamiento
La unidad objeto de esta prueba está pintada en color blanco –Blanco Alpine, código P1-, y su tapizado y guarnecidos interiores hace juego con la misma, al igual que las llantas Avus –código 90E- carcasas de los espejos retrovisores y capota.
Este ejemplar fue fabricado en la planta alemana de Karmann en Osnabrück durante 1988 y fue importada a España ese mismo año, pasado su primera inspección, de manera previa a su matriculación en Valencia, el 25 de mayo de 1988.
Por esta razón, presenta todas las modificaciones sufridas en 1987, cuando su imagen fue modernizada: en el frontal destaca la rejilla frontal, con dobles focos halógenos (fotografía de la izquierda), un parachoques de nuevo diseño y unas taloneras que recorren el lateral de la carrocería.
Su equipamiento es sobrio, aunque bastante generoso, algo lógico teniendo en cuenta que se trataba de un coche de capricho: incluye un práctico indicador multifuncional que ofrece multitud de datos relacionados con la mecánica (temperatura del aceite refrigerante, consumo medio, velocidad media, carga de la batería, etc.), llantas de aleación pintadas en el mismo color que la carrocería, espejo retrovisor derecho, ambos regulables desde el interior, guantera con llave, etc. Otros accesorios, habituales hoy en día, como los elevalunas eléctricos o el cierre centralizado estaban disponibles en opción.
Los mandos de la climatización, en comparación con lo que se lleva ahora, parecen toscos, pero hay que recordar que, si bien el coche se fabricó en 1988, el diseño del Cabriolet seguía siendo el de la primera generación del Golf presentado en 1979.
Los plásticos y guarnecidos interiores son robustos y se conservan en buen bastante buen estado, a pesar de haber estado expuestos al sol de manera continuada durante años.
La capota es muy fácil de retirar; para ello, sólo hace falta liberar dos ganchos que la fijan al marco del parabrisas y levantarla, para irla plegando hacia atrás; es una operación que una persona puede hacer sin problemas en cuestión de segundos. Una vez recogida, y bien replegada sobre sí misma no molesta excesivamente en la visibilidad hacia atrás (fotografía de la izquierda).
La rigidez de la carrocería es la adecuada, se nota el buen trabajo realizado por Karmann, sin que se acusen torsiones en la carrocería, o problemas para cerrar la puerta; en este sentido, el arco de seguridad, además de garantizar la seguridad de los ocupantes en caso de vuelco, refuerza de manera considerable la estructura del habitáculo.
El maletero es pequeño, hay que hace sitio para la capota, y el acceso no es especialmente cómodo, ya que la boca de carga queda bastante baja (fotografía de la derecha); además, para cerrarlo hay que hacerlo siempre con la llave. Es el único aspecto criticable del Cabriolet.
Al volante
El viernes previo a la celebración del evento quedé con Pablo, presidente del HortaClàssics para recoger el coche y familiarizarme con él. Tras recibir las oportunas recomendaciones, lógicas cuando se trata de conducir un clásico que ha permanecido parado una larga temporada, y revisar los puntos más propensos a causar problemas, realizamos los primeros kilómetros.
Tras ajustar el asiento, de una agradable forma anatómica (fotografía de la izquierda), a mi gusto y los espejos (el espejo de la derecha, por su tamaño y ubicación me exigió juguetear bastante) con su ingenioso mando para ajustarlo a mi gusto), pude comprobar que el interior tenía un aspecto ordenado, con predominio de los trazos rectos, como los que envolvían la instrumentación, confiada a velocímetro, cuenta revoluciones y aforadores de la temperatura y nivel de combustible. Un conjunto de chivatos auxiliares y una pantalla digital ofrecían presentaban información adicional al pulsar la tecla del ordenador de viaje (fotografía de la derecha). Puede ver que la consola central incluía el alojamiento para instalar tres relojes complementarios más, de modo que se puede tener perfectamente controlada toda la mecánica.
El embrague es suave, y el cambio preciso, aunque en esta unidad en concreto su respuesta mejorará cuando se vaya poniendo al día el vehículo. Como no podía ser de otra manera, se acciona a través de un pomo que imita fielmente una pelota de Golf.
Realizando el breve trayecto que conduciría al Golf al garaje donde dormiría durante ese fin de semana, comprobé el brío del motor DX (1,8 litros de cilindrada y 112 cv), enérgico, y muy agradable de utilizar, como pude comprobar durante el fin de semana. Señalar, a modo de curiosidad, que este mismo motor también lo utilizó su modelo coetáneo, el legendario Golf GTI que tanta fama le dio a la firma alemana.
El sábado siguiente, había quedado temprano para ir a recoger a Kirill, nuestro fotográfico para dirigirnos al Circuit. La mañana era fresca, aunque el cielo estaba despejado, cosa que animó a descapotar el Golf; la operación me sorprendió gratamente por lo rápida y sencilla que resultó.
Tras recoger a Kirill, razonablemente equipados para soportar el frío mañanero, emprendimos camino hacia el Circuit; a una velocidad razonable, rayando la legal, con las ventanillas levantadas los remolinos y turbulencias provocadas por el aire se dejan sentir, pero no son tan molestas como para impedir hablar con el resto de ocupantes del coche; es agradable circular descapotado y notar el olor de las diferentes zonas por las que se circula, cosa que es imposible en los asépticos vehículos con los que circulamos habitualmente.
Los primeros kilómetros de autovía demostraron el buen bastidor que tiene el Golf y su aplomo; es un coche fácil de conducir con un comportamiento predecible en todo momento; su motor desarrolla unos generosos 112 caballos y sus frenos, de discos ventilados en las ruedas delanteras, inspiran confianza. La dirección es muy agradable, incluso cuando se maniobra para estacionar el coche. Tan sólo se transmitían al volante unas vibraciones que me hicieron pensar que alguna de las ruedas no llevaría la presión de aire correcta.
Antes de llegar al Circuit paramos a tomar café, y a calentarnos, en un conocido hotel próximo al mismo; como anécdota, saludamos a Ramón, un conocido coleccionista de coches y motos de Tarragona que participaba con sus motos en el Classics and Legends, que salió del hotel antes de acabar nosotros; cuando empezamos a rodar hacia el Circuit lo vimos andando por el arcén, cosa que me hizo parar para ver si tenía algún problema; me dijo que no, que ¡iba andando al Circuit! Como la distancia es considerable, cerca de tres kilómetros, le dije que se subiera, que lo llevábamos; de esta manera improvisada, comprobamos la correcta cabida de los ocupantes de las plazas traseras, también dotadas de cinturón de seguridad (fotografía de la izquierda).
Una vez en el Circuit, y de haber dejado a nuestro amigo, estacionamos el Golf en su emplazamiento especial en la zona reservada a HortaClàssics. Allí, varios socios del club aprovecharon para colocar las pegatinas en las puertas que anunciaban la campaña “Juega al Golf con HortaClàssics” (fotografía de la derecha).
Durante todo el día, el coche fue la gran estrella del club, recibiendo alabanzas por su correcto estado de conservación, dada la edad del mismo. Todo el mundo coincidía en que es un caramelo de coche, y más por el simbólico premio por el que se pueden adquirir los boletos de este sorteo, cinco euros; a la hora de comer se habían vendido ya un buen número de boletos; como se han tirado 999 boletos, los dueños de coches identificados por un número pudimos comprar “nuestro número”, el 635: así, enseguida se reservaron los tickets, 911, 924, 944, 928, 308, etc.
Tras una jornada intensa, tocó reemprender el camino de vuelta. Habiendo ya anochecido, decidí capotar el coche, con lo que el aislamiento térmico y acústico mejoró bastante, aunque sin llegar al ofrecido por la versión cerrada; con todo, la capota ofrece un excelente diseño que hace que encaje perfectamente sobre el marco del parabrisas y de las puertas. Como tenía pendiente comprobar el estado de la presión de las ruedas, paré en una estación de servicio próxima al Circuit y observé que, efectivamente, había que reponer aire en todas las ruedas. Una vez hecha esta sencilla tarea, el comportamiento del coche mejoró considerablemente, reduciéndose algunas desagradables vibraciones. Con el coche ya rotulado y perfectamente limpio, doy fe de que llamaba la atención y que el resto de conductores se reían al leer las pegatinas y captar su significado; está claro que es un coche que gusta.
El domingo, Kirill y yo repetimos la misma rutina, pero con la precaución de equiparnos algo mejor para circular descapotados. Fue el día que aprovechamos para realizar la sesión de fotos del coche por el interior del Circuit, para lo cual contamos con la colaboración de las azafatas de HortaClàssics, Ester y Paula (fotografía de la derecha).
El trayecto de vuelta fue algo más largo al tener que acompañar al presidente del Club a su domicilio para descargar los bártulos del club que se habían guardado en el coche; durante el mismo, fuimos detrás de su bonito Hispano Alemán Mallorca, y en momentos puntuales pudimos comprobar la decidida capacidad de respuesta de ambos coches, especialmente en el Mallorca debido a su ligereza (fotografía de la izquierda).
Durante este trayecto decidí conducir descapotado, me estaba empezando a gustar la experiencia, pero al no estar acostumbrado a conducir coches abiertos de diario no me di cuenta que llevaba bajada la ventanilla del copiloto hasta que estuve en la autovía; al no llevar elevalunas subirla exigía parar, cosa incómoda (y peligrosa) y más anocheciendo, con lo que tuve que realizar el trayecto soportando estoicamente el fresco y húmedo aire que se me colaba por el interior.
Tras descargar los bártulos en casa de Pablo y dejar a Kirill en su caso dejé el Golf ya guardado en el garaje; mientras salía del mismo, tuve que reconocer que esta experiencia ha sido para mí un agradable descubrimiento, y no porque desconociera el Golf, sino por haber experimentado de primera mano sus virtudes, que siempre serán mayores que sus defectos:
Por muy poco dinero, ofrece mucho, muchísimo; además, tratándose de un coche fabricado en grandes series ofrece una gran disponibilidad de recambios; son mecánicas fiables y de un consumo moderado, aunque sus 27 años exigen atender algunos problemas que permitirán que vuelva a funcionar con todo su potencial. Cuando pueda, compraré más papeletas para jugar al Golf con HortaClàssics!
Ficha técnica
Motor
- Disposición: Delantero, transversal.
- Tipo: DX, de gasolina.
- Número de cilindros: 4, en línea.
- Cilindrada (cc): 1.781
- Potencia: 112 cv. a 5.800 rpm.
- Par: 154 Nm a 3.500 rpm.
- Alimentación de combustible: Inyección Digifant.
Transmisión
- Tracción: Delantera.
- Cambio: Manual de cinco marchas y marcha atrás.
- Embrague: Monodisco en seco.
Bastidor
- Tipo de carrocería: Cabriolet de dos puertas y cuatro plazas.
- Suspensión delantera: Barras telescópicas y brazos triangulares transversales inferiores.
- Suspensión trasera: Eje de brazos acoplados.
- Dirección: De cremallera.
- Frenos: De disco ventilados en las ruedas; tambores en las traseras; servoasistencia.
Consumo
- 90 km/h: 6,3 litros.
- 120 km/h: 8,9 litros.
- Urbano: 10,9 litros.
Cotas y masas
- Longitud: 3.890 mm.
- Anchura: 1.640 m.
- Altura: 1.395 mm.
- Vías: 1.404 mm. (delante) y 1.372 mm. (atrás).
- Batalla: 2.400 mm.
- Peso en vacío: 995 kg.
- Depósito de combustible: 55 litros.
- Llantas y neumáticos: 6JX14, 185/60 HR 1.
Prestaciones
- Velocidad máxima: 173 km/h.
- Aceleración 0-100 km/h: 10,1 segundos.
- Relación peso-potencia: 8.88 kg/cv.
Producción (Mk I)
- Período de fabricación: Febrero de 1979 a junio de 1993
- En 1988, Volkswagen fabricó 2.847.616 coches, de ellos 887.678 Golf. Este año, se celebró la fabricación del Golf 10 millones.
- Producción total del Golf Cabriolet Mk. I: 388.522 unidades.
Texto: Juan Inigo Ros
Fotografías: Kirill, Juan Inigo Ros, Circuit Valencia, HortaClàssics y Volkswagen